Challenge Maresme 2011. Crónica.

La semana previa a mi primer ironman (ya me he cansado de escribir lo de «distancia ironman»), estuve mucho más relajado que para cualquier otra carrera del año. Puede que el golpe en la cabeza del sábado anterior, que me dejó el cuello tocado toda la semana, me preocupara más que la carrera en sí misma, o el ajetreo de las obras en casa, o una semana bastante problemática en el trabajo, o el estar preparando a la vez las vacaciones que empezaban 12 horas después de terminar la carrera… Un cúmulo de circunstancias, pero que me vinieron muy bien para llegar descansado. Porque aunque no nos demos cuenta, los nervios cansan, y mucho.

Llegamos a Calella el viernes bastante tarde, hacia las 23.00,  pero nada más llegar, me cambié y salí a correr 20 minutillos. Nunca había corrido a esas horas, pero me gustó. Me acerqué hacia la zona de boxes, y pude ver el arco de meta. Ese arco que tantas veces he visualizado estos meses mientras entrenaba y estaba igualito a lo que me imaginaba.

El sábado por la mañana, charla técnica, recogida de dorsales y vuelta por la feria, donde había más o menos lo de siempre y no nos detuvimos demasiado en los chiringuitos, aunque sí lo suficiente para echar unas risas y hacer un poco el payaso.

 

Estuve hablando un ratillo con el futuro ganador de la prueba (yo tenía clarísimo que iba a ganar), y  también tuve la oportunidad de probar una de las cabras que más me gustan (creo que en empate técnico con sólo la BMC TT01). La Blue Triad SL, con Di2. Poco que decir.. creo que en la foto se ven las babillas colgando…

Después, dejar la bicifull-equipe, en boxes y a cenar. No hubo pasta party, porque era el viernes (¿será para que dé tiempo a digerirla?) así que nos la montamos en el apartamento, que para eso habíamos tirado la casa por la ventana con unos apartamentos con microondas y todo.

Pero fue meterme a la cama el sábado y toda la tranquilidad desapareció de golpe. Dormí mal y a las 4.30 me tuve que levantar para hacer mi primera visita al baño. No voy a contarlas todas, que luego mi madre me riñe por el tufillo escatológico que cogen las crónicas, pero sí que fueron más de las habituales. Algo ya no iba bien.

En el camino desde el apartamento hacia boxes, aparte de hacer la pichonada de no coger chaqueta y ser el único que iba en camiseta (es lo que tiene ser de Vitoria y creerse que en el Mediterráneo siempre hace calor), no soy capaz de decir ni una palabra, así que Borja se marca un buen monólogo, aunque también le noto tenso. Echo de menos la musiquilla que me había preparado para la ocasión, pero el ipod se quedó en el apartamento.

Una vez dejado todo en las bolsas en la carpa, hinchadas las ruedas, sacada foto para el facebook y puesto el neopreno, nos vamos al agua para intentar relajarnos. Sé que probablemente sólo eran nervios, pero me metí al agua con mala sensación en el estómago. El agua estaba buenísima, completamente transparente. Nadamos unos metros con muy buenas sensaciones y sin ninguna molestia en el cuello. Nos salimos, que ya íbamos a estar suficiente en el agua durante la carrera, y nos sentamos en la “arena” a dejar pasar el tiempo.

Se colocan los pros. Ponen música de rollito épico… que sin ser buenísima sirve para que se me ponga carne de gallina y me emocione por primera vez. Se van sucediendo las salidas rápidamente, (otra vez que toca salir casi los últimos) así que corremos que a este paso salimos tarde.

Busco a Patri y por fin la encuentro. Esto ya es otra cosa. Me siento más seguro, pero me vuelvo a emocionar y me sale una lagrimilla que se queda dentro de las gafas.

 

La espera antes de la salida se hace eterna. Cambian la música y ponen la de Misión Imposible. No me hace ni puta gracia (por el analogismo más que nada) y no me motiva para nada. Cuando dicen que queda un minuto vuelven a poner la del rollito épico, me vuelvo a emocionar, le digo a Borja que parezco Itsaso Leunda en su IM, venga a llorar, y decido que siendo la última carrera del año, esta vez sí voy a hacer una salida tipo Guz y no una tipo Webber.  Que la salida la den con un cohete como en los encierros en lugar de con una sirena me ayuda, porque sirve para que los reflejos cuenten menos (muchos veranos en Valtierra). Así que entro el primero al agua (oh my god!!).  No entro de forma muy elegante, pero no importa.

De los del centro, voy el primero, pero por la derecha van más rápido que yo, y todo el mundo se tira hacia allí.

Una vez pasada la primera boya sin muchos problemas, queda un largo de 1500m, un “ancho” de unos 300, otro largo de 1500 y la salida del agua. Comienza la psicología y el pensamiento positivo: es un 2×1500, y eso ya lo he hecho entrenando. Así que esto es fácil. Sólo se trata de no cansarse demasiado, no dormirse y no hacer más metros de los necesarios. Me da pena que la natación apenas cuente. Como leí alguna vez, esto es un duatlón mojado, pero es lo que hay. Me acuerdo de los que critican los despectivamente llamados chupatlones, y me pregunto cuántos de esos nadan en 1.20″ y corren por debajo de 3’15″/km..

El pelotón toma las boyas intermedias como referencia, lo que hace que vayamos haciendo eses. Así que decido, que ya que me he comprado las speedsocket con cristal de espejo nuevas que se ve que te cagas, y que para una cosa que hago bien en el agua, que es orientarme, voy a ir a mi bola. Ni pies ni nada. Probablemente vaya a ir más lento, pero seguro que hago menos metros y voy a ir constante y sin golpes. Además el agua está espectacular. Me guió con la línea de costa y con las ondulaciones de la arena bajo el agua que se ven perfectamente paralelas a la playa. (muchos años de vacaciones en el Mediterráneo en la colchoneta con mi hermano..)

El primer largo se me hace corto, y como esperaba, en la boya me junto con el pelotón de nuevo.

Al empezar el segundo largo, me paro un poco, me coloco bien las gafas, diviso la boya (que no es fácil porque está bien lejos) y me meto agua en el neopreno, que la espalda se me está empezando a recalentar.

En el segundo largo, idéntica estrategia pero sin línea de costa a mi derecha. O sea, sin línea de costa.

Salida del agua. Me veo muy bien. Descansado. Me pongo de pie y no noto nada de mareo. Veo a Patri en la salida. Quiero que me vea que estoy bien, pero no tengo que disimular. Yo creo que no voy  ni a 140 ppm.

 

T1. Calcetines con los que entreno (180km me parecen demasiados para hacer sin calcetines) y voy tranquilo pero sin pausa a por la bici.

Me conozco la salida, con todos los baches así que tampoco voy a forzar mucho. Pero llega la rotonda de Calella y el primer repechito y aprieto para calentar las piernas y espabilar el cuerpo.

Toca regular y no dejarse llevar por la emoción del principio. El objetivo de watios está entre 180 y 195w. El rango es bastante amplio, debido a lo que expliqué del cambio de FTP con la postura (Malvasía y cambio de postura en la bicicleta). Respecto a Malvasía he bajado 10º el manillar, así que los datos de aquella carrera tampoco me sirven de referencia. Por lo que haré como siempre en larga: pulso =140 ppm(a largo plazo) + watios a corto plazo (180-210).

El pulsómetro esta vez sí me marca bien (sólo era cuestión de ajustar más la cinta) y me encuentro fuerte, pero con los watios algo altos. Sé que irán cayendo poco a poco, así que me limito a seguir a ese ritmo, ir suelto y evitar problemas de drafting. Cuando alguien me pasa, le dejo ir sin más. Ni referencias ni nada. Yo, a lo mío.

Paréntesis del drafting: en esta carrera con la carretera N-II cortada y salidas separadas, chupaba rueda el que quería. En la primera vuelta, los pros en los puestos del 3-10 (aprox) iban todos a menos de 5 metros. Más tarde, a mí me pasó un grupo de 5, que ni 2 metros. Respecto a los pros, en la segunda vuelta ya no iban así, y al grupito de 5 lo vi parado en el penalti box, y posteriormente, alguno descalificado, de lo cual me alegro. No me alegro del mal ajeno. Me alegro de que se haga justicia.  Cada uno que piense lo que quiera. Yo no soporto a los tramposos. Cierro el paréntesis.

Una vez controlado el ritmo, faltaba el tema de la alimentación. La idea era comer 4 barritas de mule bar, combinando sabores, y beber sólo mi Iso-Energy, de Victory Endurance. Quería evitar coger la bebida isotónica de la organización, porque casi nunca están bien las proporciones y no quería mezclarlo con mi bebida. Para ello, tenía a Nai colocada en el avituallamiento del 70 y del 130. Además, no sé muy bien cómo lo consiguieron, pero los bidones estaban superfresquitos!! (así se sujeta un bidón en un avitullamiento) Gracias!!

Pero, me quedé corto. Tenía que haber llevado un bidón más en el tubo diagonal, y probablemente un bidón normal y no el aero en el vertical. Me bebía medio litro cada 30 km, y me vi obligado a coger un bidón de isotónico de la organización, que no me sentó bien, y a partir de ahí, agua.

Apenas pasé hambre. Comí las barritas porque había que hacerlo, pero con el calor que hacía, me costaba. También cogí algún plátano, para cambiar.

Al empezar la tercera vuelta (km130), me veo bien y empiezo a echar cuentas… Creo que puedo bajar de 5.10, lo que estaría mejor de lo previsto!! También veo que la distancia con Borja se mantiene en 5 minutillos aunque Peláez nos está sacando una minutada. Toca viento en contra hasta Mataró. Paciencia, ya daremos la vuelta. Giro, y pienso en que la ventaja aerodinámica se saca a alta velocidad, y llevo una postura curradita con muchas horas de cocina y velódromo, las LAMINAR COVER detrás y la Xentis (que he medido un montón de veces) delante, el casco aero con visor… Hay que apretar y que no caigan los watios.

 

Me planto en la entrada de Calella en 5 horas. Genial. Esto ha sido más «fácil» de lo que esperaba. Paso los baches con mucho cuidado, porque tengo las manos empapadas de sudor y me patina el manillar una barbaridad. Tan sudadas que no soy capaz ni de girar las dichosas ruletitas del sistema BOA de las Specialized, así que me bajo sin descalzarme, igualito que en mi primer triatlón, hace 9 años en Donosti.

Me tomo la T2 con calma. Una chica de la organización me dice que si quiero cremita en la espalda… Joder, qué bien.. Me empiezo a poner las medias de Compressport..  Con el sudor me cuesta un montón, pero me conciencio de que no me tiene que quedar ni una sola arruga y que cada costura tiene que estar en su sitio, que no tengo los pies para tonterías, así que me tomo mi tiempo.

Brooks T6, Garmin y al solete. Me esperan 42km. Mejor pensar que son 4 vueltas de 10,5km. Una para soltar, otra para correr a ritmo, la tercera que se me hará dura, y la última…

Salgo y los músculos están en su sitio, me noto fluido. Tampoco me lo esperaba. Sigo haciendo cuentas. No sé cuánto he hecho en el agua, pero no andaré lejos de la hora, más 5h15, tengo que hacer 3.45 para bajar de 10 horas. Joder, tengo que poder. Eso es a más de 5’/km!! Empiezo a echarme agua por encima. 29ºC y ni una sombra en toda la recta.

Los primeros kilómetros los hago a 4.15, 4.20, pero eso sí que es demasiado, así que paro a mear, y arranco de nuevo. A 4.30. Es mi ritmo, en el que me encuentro cómodo. Voy a intentar llegar hasta donde pueda a ese ritmo y luego ya bajaremos. Me sigo echando agua por encima, bebo coca-cola, pero empiezo a notar demasiadas cosas en la tripa. Así, hasta el km 15 donde de se hace el giro en Santa Susana, y me encuentro con viento de cara que me frena en seco. La tripa se empieza a quedar fría y las piernas a endurecerse. En el segundo paso por boxes ya sonrío menos. El ritmo ya va por encima de 5 y bajando.  Sabía que me daría el bajón pero no tan de golpe. Pienso en parar a evacuar en las letrinas de entrada de boxes para ver si mejora la cosa, pero sólo imaginarme lo que puede haber ahí dentro después de 6 horas al sol, me hace tirar pa’lante. Y a partir de ahí, sufrimiento y más sufrimiento. Pero del desagradable, del que no mola nada. De impotencia, dando unas minúsculas zancadas, en las que cada apoyo es dolor. Para acabar de joderlo, los tendones se me están resintiendo y ya apenas doblo el pie.

Ya que estamos ahí, no vamos a dejarlo, ¿no? El interés por  sub-10, que era mi objetivo ambicioso se esfuma de golpe. Sólo quiero terminar la tercera vuelta. Sé que si lo hago ya no voy a retirarme y acabaré como sea. Apenas ando. Sólo paro en los avituallamientos y en algún momento a estirar, pero corro. Muy lento. Lentísimo. Nunca, ni calentando, ni soltando, ni en la cuesta de Manurga, había corrido tan despacio… 6, 6.30.. Llego a ver un 7. Pero consigo acabar la tercera vuelta. Las señales de kilómetros 32, 33, ahora ya son las mías. Ya no quedan más vueltas. Ya está casi hecho, pero en los últimos 5 kilómetros todavía tengo que parar alguna vez más. Y paso el 40. Y ya casi soy Ironman, me ha costado. La teoría de que sólo una parte del cuerpo puede doler a la vez, también se descarta. Me duele todo, pero llego a la alfombra roja.. Por última vez hoy.. miro el reloj (y aunque no marca mi tiempo sino el de los pros) veo que ya he perdido el sub10. Y me jode, porque pensaba que lo tenía,  pero ya sólo pienso en disfrutar la recta de meta, porque me la merezco y Patri igual o más que yo.  Así que salvo por el gilipollas alemán que me empuja para adelantarme, ésa es mi recta.

 

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Me emociono otra vez. Pero no tengo fuerzas ni para llorar. Sólo me salen muecas rarísimas.

 

 

Cruzo la meta con calma. Me ponen la medalla me dan un abrazo y al pobre que me lo da no le suelto… me preguntan si estoy bien. Les digo que sí.. (mentira cochina) pero que me duelen los tendones… Pido hielo. Me dicen que no hay, que vaya a los masajes.. Me ponen con una fisio que me hace ver las estrellas. 10horas sufriendo para que ahora me sigan haciendo daño.. Aunque las cosas como son, al día siguiente no me dolían.
Borja se me acerca con unas uvas. Nada, no puedo comer nada. Me tomo media cerveza con limón y me tengo que ir a las letrinas rápidamente. No como nada (340€ para no comer ni una chocolatina) y me cojo la bici rápido para irme al apartamento. Tengo frío y me encuentro fatal. Ni fuerzas para hablar con mi hermano, ni con Haritz… Ducha caliente, una manzanilla y a la cama vestido con toda la ropa que encuentro. Pero ya está hecho. Toca disfrutar de las vacaciones y volver a vivir como una persona normal. Ya analizaremos todo más tarde… y lo podré disfrutar toda la vida.

 

17 comentarios en “Challenge Maresme 2011. Crónica.

  1. muy grande Diego y tiempazo, quien pudiera 😉

    que largo es el maratón de un ironman, pero por eso es un ironman jeje

    que mania tienen algunos de adelantar en la misma llegada cuando no te juegas ya nada ademas, a mi me «jodio» el vídeo con el peque

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  2. «y lo podré disfrutar toda la vida….»
    SI SEÑOR!!!!!!!

    Me da que pensar… si tu has sufrido así…. si has llegado al 6.30 por kM….. lo que me tocará sufrir a mi!!!
    Me lo guardo para leerlo cuando esté bajo de motivación y no me apetezca entrenar….

    ZORIONAK!!!!

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  3. Hola Diego la empresa de laminar cover es tuya? lo digo pq me gustaría tener un correo electrónico de contacto pq estoy interesado en unas láminas para mis ruedas y seguramente un compañero de club tb, así que serían un par de ruedas

    gracias

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  4. Grande! gracias por tu relato, y a esto lo llamamos disfrutar? pues aunque parezca mentira este tipo de cosas se te meten en el cuerpo y es como una droga. Animo y a por el sub 10!

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