Mi último 400 de la temporada. 4’56»77!

El sábado nadé en Sopelana el que va a ser último 400 de la temporada. No tenía claro si iba a serlo cuando lo hice, pero visto el programa de la única prueba a la que puedo ir este año, lo va a ser. Una pena, porque le estoy cogiendo un gusto brutal a esta prueba.

La afrontaba sabiendo que estaba mucho mejor que en diciembre y sobre todo que en enero, pudiendo hacer las tandas de aeróbico ligero de la última semana en 1:23. Sabía que si nadaba con un poco de cabeza, bajaba «fácil» del 5:13,96 de Logroño y que podría estar cerca del 5:05. Bajar de 5 me parecía demasiado.

Había entrenado bien los dos últimos meses, incluyendo algunos días de 2x(4×400) en piscina de 50 probando neoprenos (de esto hablaré otro día), y notaba que había mejorado mucho en saber llevar un ritmo determinado, ser capaz de cambiar, etc.

Salía en una serie con todos los participantes por debajo de 5. La estrategia era intentar pasar el 200 a 2:27-28, pero teniendo fuerzas para poder cambiar y no hundirme como me pasó en las carreras anteriores, donde el segundo 200 se me fue a 2:45. Así que,calentamiento con algunos 50s a ritmo de carrera, ducha de agua calienta para templar, gel con cafeína de 226ERS y a esperar mi turno.

Y todo salió perfecto: 4’56″77!!  El primer 100 aguantando el subidón, a 1:11, el 200 en 2:26, y emparejado con todos los compañeros de serie, pero esta vez con fuerza. Ahí llegaba el 100 clave. Empecé a perder algunos centímetros con Bruno, pero no se me iba del todo, y llegué al último 100 todavía con fuerza (aunque también dolor), tocando la pared sólo un par de segundos más tarde que el resto de compañeros… Cuando miré a mis compañeros de equipo que estaban cronómetro en mano, y me dijeron que había bajado de 5… no me lo podía creer. Tanto es así, que tuve que preguntar a todos los de la serie cuánto habían hecho :).

Sopelana2016

Casi 18 segundos de mejora en dos meses y nadando prácticamente en negativo (2:26+2:30) em lugar del 2:28+2:45 de las anteriores carreras. Una sobrada, después de estar unos cuantos años anclado en el 1.27-1.28. Como he venido diciendo últimamente, no sé si seré capaz de trasladar la mejora a las carreras en aguas abiertas y rodeado de gente dándome golpes, pero de momento, con lo que hemos conseguido estoy muy pero que muy contento.

No puedo terminar sin agradecer a mis compañeros del equipo máster CN Judizmendi el apoyo en todos los entrenamientos y días y horas previas a las competis, y por su puesto, a nuestro entrenador Koldo Azpiazu, que tiene mucha parte de culpa en este milagro.

Sabéis que me extendería más, pero como ya es marzo tienen que empezar los problemas y han vuelto mis amigas las anginas… así que no tengo ganas de escribir mucho más. Alguno seguro que lo agradece 😉