Campeonato de España de Natación de invierno Másters. Palma Mallorca. Previa.

Entre tandas de pinchazos, infiltraciones y vueltas al velódromo, este fin de semana repetiré experiencia participando en el Campeonato de España de Natación de invierno Másters  que se celebrará en las piscinas municipales Son Hugo de Palma de Mallorca.

El año pasado me gustó tanto que este año voy desde el miércoles para participar en todas las pruebas de libres (50, 100, 200, 400 y 800) y en algunos relevos con el CN Judizmendi.

Como dice Javier Soriano, en este tipo de pruebas en las que las medallas están tan lejos, a lo que hay que aspirar es a hacer tu mejor marca personal, y a eso es a lo que voy. Si en el alguna prueba me puedo meter en un top10, mejor, pero las clasificaciones en estos evento son muy relativas y no me dicen demasiado. Se nada contra el crono y para eso he estado entrenando. La natación ha sido lo único que he podido entrenar en condiciones con la pubalgia. Sólo noto molestia al tirarme del poyete y algo al empujarme en los virajes, pero no lo suficiente como para ser una excusa.

De este año sólo tengo la referencia del 4’59’43 que hice en Logroño en noviembre y el 2’20»93 que hice en el 200, (MMP)de la toma de tiempos que organizó en CN Judizmendi hace un par de semanas.

El 400 y el 800 son mis principales objetivos, más que nada por aquello de ser triatleta… 400 ya llevo unos cuantos y me gusta mucho. 800 sólo he hecho uno en Gijón y es donde creo que tengo más margen de mejora, aunque se me hace un poco largo. El 200 también me ha gustado mucho las dos veces que lo he nadado y luego el 50 y el 100 están un poco de relleno, pero también me gusta nadarlos.

Los últimos entrenamientos han salido bastante bien:

Series simuladoras de 200 y 400 con 50s @35» y 100s @1’14»

Series simuladoras de 400 y 800 con 100s @1’15»y 100s @1’18»

Memorizando el 1’20»/100 a las 7 de la mañana para hacer al cuerpo a nadar poco después de levantarte..

Ahora a esperar y no perder la cabeza en los primeros metros de cada prueba.

Pubalgia con edema ósea. Infiltraciones de plasma.

En relación a mi pubalgia, ya he pasado el capítulo de las infiltraciones. La primera fue el día 4, intraósea, con anestesia total. Te anestesian, te duermes y despiertas como si nada hubiera pasado. Una ligera molestia en la zona del pinchazo que se va incrementando cuando desaparece el efecto de la anestesia completamente. 48 horas de reposo relativo y el día de Reyes me metí por la mañana al agua para probar si podía nadar. empecé con pull y con el bañador de neopreno y sin virajes para no forzar la zona, pero acabé haciendo unos pocos 100s a buen ritmo. Pero empezó a dolerme la espalda y media hora después, al salir del coche, me dio un pinchazo muy serio con toda la pinta de lumbago, que me tuvo otros dos día parado. No creo que tenga una relación directa con el pinchazo, pero está claro que tengo toda la zona hecha un desastre así que ya decidí que había que volver a Igaro, donde me trataron del psoas y lumbares hace unos años.

Sin embargo, los traumatólogos me aconsejaron no hacer nada hasta después del segundo pinchazo. Este fue el día 18: infltración intraarticular e intratendinosa, sin anestesia. Pensaba que nada podía ser peor que la EPI en esa zona… Pues sí. Sientes cómo la aguja va entrando, se tensa el recto abdominal y luego todo el cuerpo, aguantas, resoplas y sigues aguantando. Así 4 veces. La molestia, o más bien dolor, es mucho mayor durante ese día y también en los días siguientes que con la intraósea, aunque otra vez transcurridas 48 horas, he podido nadar y andar en bici sin demasiados problemas. Pero tengo que estar otras 6 semanas más sin correr… Con lo que parece que, por mucha facilidad que tenga para correr y crea en el entrenamiento cruzado, va a tocar revisar los objetivos de la temporada.

Tras el chequeo de la zona en Igaro, hemos podido comprobar que efectivamente, tengo todo el lado derecho muy cargado, con la fascia del psoas muy muy cargada y el adductor derecho sorprendetemente poco desarrollado, comparado con el de la pierna izquierda, donde tengo menos masa muscular… Puede ser que esta sea la descompensación que está creando este problema. Ahora toca revisar mi mecánica de carrera, plantillas, etc y de posición en la(s) bicicleta(s) para ver si puede influir en algo. Por suerte, sé muy bien dónde hacerlo 😉

Récord de la Hora. Mi primer día en Anoeta.

En carretera tengo hechos dos tests de FTP de 1 hora sobre cabra.

  1. Abril de 2014: 285 NP/ 170 ppm
  2. Febrero de 2015. 290 NP/164 ppm

Es lo más parecido que he hecho hasta ahora a un posible intento de récord de la hora… Pero en realidad, la única similitud es que es una hora encima de una bicicleta a esfuerzo «máximo».

Los número que me salieron creo que no estuvieron mal: ni como número absoluto ni como relación contra otros test de 20 minutos, pruebas de esfuerzo, etc, aunque no eran en épocas de estar a tope y los pulsos creo que son bajos. De ahí, puedo decir que sé sufrir «bastante» durante una hora y tengo una idea «aproximada» de los watios que puedo hacer. Pero poco más. Para atreverme a seguir dando pasos en esta aventura, tenía que aclarar o superar dos puntos:

-andar con una bici de piñón fijo

-andar en un velódromo de verdad.

La primera era la más complicada.  En el velódromo abierto de Gamarra he dado tropecientas mil vueltas desde que empecé a hacer mis primeras pruebas de material con mi primer Powertap en 2009. El peralte no tiene el ángulo de los velódromos cubiertos de competición, pero por lo menos creía que sabría pasar las curvas rápido sin dejar de meter potencia.

Más complicado me parecía lo de la bicicleta de piñón fijo. Para empezar, porque no tenía bici de piñón fijo. Empecé a enredar un poco. Tampoco es que en España haya mercado, ni oferta.. ni en tiendas, ni de segunda mano. Al final, Iván Otero me dejó su Dolan, la cabra con la que lleva unos años compitiendo. Sabíamos que igual me estaba un poco justa, pero el objetivo sólo era dar unas vueltas en Anoeta con esa bici, no matarme, coger algunos datos y  medidas para una posible compra de cabra si todo iba bien.

Por casualidad, unos días antes estuve en Donosti y aproveché para pasar por el velódromo y preguntar las condiciones para entrar. Muy fácil:

-4,20 € la entrada

-estar federado en ciclismo y triatlón.

-llamar antes de salir de Vitoria, por si acaso.

Así que el sábado 8 de octubre, cogí también mi cabra y me fui a Anoeta.

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Antes de que llegaran Iván y Ainara, entré en la pista para ir haciéndome y quitar el miedo… Subir por la rampa de entrada, la grada vacía, el silencio… Todo impresionaba. Y el PERALTE. Una auténtica pared.

Desde abajo impresiona mucho más que cuando estuve viendo las 6 horas de Euskadi hace unos cuantos años. De entonces ya me acordaba de que la cuerda de Anoeta no era de 250 m si no de 285,714m.  O sea 3,5 vueltas, 1 km.

http://www.rfec.com/ckfinder/userfiles/files/adjuntos/Velodromo%20Anoeta.pdf

Así que me puse las zapatillas y empecé a dar vueltas… Primero sin acoplar, por la parte plana, hasta empezar a subir a lo que realmente es la pista, y a la segunda vuelta ya me di con el pedal en el peralte… Es lo que tiene ir despacio, no inclinar la bici y no llevar una bici de pista, una de cuyas peculiaridades es que lleva el eje de pedalier más alto, precisamente para que no pase esto.

Di unas cuantas vueltas más, y en cuanto llegó Ivan: me dio un par de nociones de mecánica (básicamente cómo ajustar la rueda con la llave fija dejando la cadena tensa) y el consejo que ya me había dado Jaime Menéndez de Luarca: «Keep pedalling».

En realidad, no es nada difícil. Una vez que pones un pie, pedaleas con ese pie, enganchas el otro, sólo es cuestión de no dejar de dar pedales… Que cuando vas dando vueltas es muy sencillo, pero si se te ocurre “parar” para dar al Lap o mirar el Garmin, entonces frenas en seco la rueda,  pero en realidad el pedal te mete un golpe hacia arriba que está a punto de tirarte por encima del manillar. Pero eso sólo pasa una vez cada día. Para el resto de día te acuerdas.

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Conclusiones (no númericas) que saqué:

  • Me encantó Anoeta pero vivo en Vitoria. Preparar la bici, mochila, 1 hora de coche, OTA, cambiarse, entrada, …. vuelta a cambiarse, otra hora de coche, deshacer la mochila…. Al final es mucho tiempo.
  • No estaba en forma (normal en octubre y tras 15 días parado del todo)
  • La Dolan me estaba pequeña.
  • No sabía trazar las curvas.

Así que los siguientes pasos eran.

  • Entrenar en Gamarra y comparar los datos con los obtenidos en Anoeta para ver cuál era la diferencia en watios entre ambos velódromos para la misma velocidad.
  • Empezar a buscar cabra de piñón fijo.
  • Dar vueltas y vueltas a Gamarra.

Pero el principal objetivo del día, si conseguía encadenar unas cuantas vueltas acoplado, era sacar los primeros datos, y hacerme una idea de los watios que me podían hacer falta para acercarme por lo menos a 44 km/h. Desde luego, no me acerqué ni de lejos a esa velocidad.


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El número gordo es que con 285w me salían  41 km/h… Al principio me desanimé un poco. No me veía capaz de meter más watios, (eso eran tandas de 3 minutos y acababa asfixiado) y me parecía imposible sacar esos 3 km/h.

Pero me puse a estudiar un poco… Las fotos de mi posición, los datos que ya conozco de mis pruebas con casco aerodinámico, ruedas aerodinámicas, tapas,  diferencias de coeficiente de rodadura entre velódromo de hormigón y velódromo de madera, la influencia de las condiciones atmosféricas (presión y temperatura),

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Y bueno, un poco de aquí y un poco de allá… Creo que no es imposible del todo. Así que como dije en el prólogo, el trabajo a partir de aquí se divide en dos partes:

-conseguir una forma física que me permita mantener entre 280-300w (vaya horquilla) en una hora

-exprimir todo lo que pueda el resto de factores, principalmente la aerodinámica, sin gastar más que «lo imprescindible».

pero ahora ya sé desde dónde parto.

Récord de la Hora. Prólogo.

Empieza 2017 y con él la que debería ser mi 16ª temporada como triatleta. Espero que sea así y consiga superar la pubalgia que me impide correr desde hace 5 meses. En cualquier caso, y también empujado por esta pubalgia, ya va siendo hora de hacer cosas distintas, y aunque el triatlón seguirá siendo mi objetivo principal, voy a seguir en la línea que comencé la temporada pasada de hacer cosas en otros deportes que siempre he querido, aunque como ocurrió en mi inmersión en las competiciones de natación, siempre ligadas a alguno de los tres deportes.

El «proyecto» que tengo en la cabeza para este año que es consiste en ver hasta dónde puedo llegar en el intento de Récord de la Hora.

En mayo de 2014, la UCI volvió a permitir el uso de cabras para este record, y a partir de ahí, primero: Jens Voigt (51,115) ,

luego Matthias Brandel ( 51, 852)

Rohan Dennis (52,491) ,

Alex Dowsett ( 52,937) y

Finalmente Bradley Wiggings, fueron batiendo sucesicamente hasta llevarlo a 54,526.

Un punto importante y en el que la gente creo que está bastante confundida (hablaré más en detalle otro día) es que las bicis tienen que cumplir el Reglamento UCI. Sigue sin valer cualquier bici o cualquier posición. Por ejemplo, la Espada de Miguel o la posición «Superman» de Boardman siguen sin ser aprobadas.

En el mundillo del triatlón español esta prueba fue algo más popular gracias a Jaime Menéndez de Luarca, uno de los triatletas más mediáticos de España quien desde que empecé en 2001 ha sido una referencia para mí junto a Eneko Llanos, Clemente Alonso, Pablo Cabeza, y al que tengo que muchísimo que agradecerle.

Gracias a él, muchos nos enteramos de que había una categoría máster en la que también había sus propios récords.

La pista siempre me ha llamado la atención, pero principalmente, las pruebas de persecución. Creo que sobra a estas alturas hablar de mi predilección por las cabras, la aerodinámica, ruedas, lenticulares, etc… En 1994 seguí con muchísima atención todos los datos de pruebas que se publicaban sobre el Récord de la Hora de Miguel Induráin. La espada, geometrías, el carbono… No estoy seguro, pero creo que fue la primera vez que oí hablar de potencia en la bicicleta del ácido láctico y todo ello, de alguna manera, marcó mi vida.

Es una prueba que tiene todo lo que me gusta: Potencia, material, esfuerzo en zona de umbral de una duración «razonable» y mucha Física por detrás, principalmente aerodinámica.

Este va ser mi último año en 35-39. El récord de este grupo está en poder de Ibon Urtiaga en 44,416 km. Es un ciclista (fisio de profesión) que compite en Máster. Yo soy un triatleta que nunca he destacado especialmente en las carreras por mi parcial de ciclismo, pero creo que en una hora, a tope, en cabra, sin cuestas ni curvas en las que frenar, creo que puedo hacerlo relativamente bien. Probablemente, no como para batir ningún récord, pero quiero saber hasta dónde podría llegar. El reto está en conseguir, está claro que con piernas y watios, pero también mediante mucho estudio de datos, metodología de entrenamiento por potencia y aplicación de nociones de Aerodinámica conocer dónde está mi límite en una hora en el velódromo.

No sé si llegaré a hacer un intento oficial (es bastante dinero), pero he empezado a dar los pasos necesarios como si fuera a hacerlo. En los próximos días iré contando cuáles han sido hasta ahora  y cómo voy avanzando.