En principio, éste era un blog para hablar de triatlón, pero como no todos los días se viaja a Nueva York, algo de tri hay, y es mi blog y hago lo que me da la gana con él, pues ahí va:
Viernes: El tren Alvia que nunca se retrasa, se retrasa. Si ya iba a andar justo de tiempo, llegar a tiempo al avión en la T4s casi se convierte en un reto.. No pierdo los nervios, pero el acojono se va acrecentado a pesar de que acierto con todos los metros a la primera y bastante rápido. Al final, me sobra 1 minuto antes del embarque… De todas formas, hubo un retraso debido a una «avería» y al final hasta me dio tiempo a aburrirme.
Voy en la última fila del A340/600, pero no se sienta nadie al lado mío, así que parece que voy en business. Me puedo cambiar de postura, de asiento,…
Entre los pasajeros se distingue perfectamente a gente que va a la maratón. Entiendo que tiene que ser gente, o que no puede cogerse días de vacaciones en sus trabajos, o que no tienen grandes aspiraciones personales, o que no saben qué es eso del jet-lag, porque tanto entrenar para que te salga una mierda de tiempo porque no has podido dormir bien el día anterior…Una cosa es ser frikie, y otra un inconsciente.
8h30 de viaje, al final cojo el autobús que se recorre todas las terminales del JFK hasta que al final salimos y tras una media hora a todo lo que da el autobús, llegamos a la gran manzana y Grand Central, donde enseguida aparece Iker. A casa y a descansar.
Sábado: Vamos a correr con el grupo del Nike Store, a las 9.00. Desde casa de Iker cuesta media hora llegar, y eso que en el mapa parecía que estaba cerca. En esto, nos enteramos que Lance Armstrong va a salir a trotar con ellos, y por eso hay tanta gente… Llega Lance, es muy bajito y casi no le vemos, se van y nosotros pasamos para ir a nuestro aire. Nunca me ha caído bien, tampoco me creo su rendimiento, así que adioooos..Unos 40 minutos con algún cambio de ritmo llegando a pasar de 170 ppm y disfrutando del momento.
Vuelta a casa, otra media hora pero ahora fríos.., ducha y nos vamos a Brooklyn, a R&A Cycles, a comprar las ruedas que llevo 2 años buscando. La tienda es el puto paraíso…pero si no tiene pasta, al final te acabas marchando de mala leche. Quintana Roo, Pinarello, Kuota, Cervelo, Argon..
Todas las marcas de cabras, en todos los modelos… Una pasada. Pasamos ambos la tarjeta de crédito para pagar las HED, después de «acordar» 185$ de shipping cada uno con los que no contábamos, pero claramente es la mejor solución para llevarlas a casa. Aún así, sigue siendo un muy buen precio y en mi caso que sólo quería el aro de la rueda trasera, (y la delantera completa) no había muchas más opciones. Mi buje de Powertap llevado desde Vitoria se queda allí.
Comemos un footlong en un subway (mi debut en la fast-foot de NY) al que le hecho unos jalapeños (que no tengo ni idea de lo que son pero el nombre me hace mucha gracia.. y flipo con lo que pican.
Volvemos a casa, siesta y salimos para ver el Parade de Halloween… Aquello parece una manifestación más que un desfile. Va cada uno a su pedo. Las tías vestidas en su mayoría como putas, en una competición por ver quién enseña más… Nosotros sin disfrazar, y yo con camisa.. en fin.
Vamos a cenar, caro pero bien, y para ponerme un poco a tono me pido un café de Kenia, que tras repetir porque me dejan la cafetera en la mesa, empiezo a notar la tripa algo revuelta.
Vamos hacia el Village y el Meatpacking Distrinct, y empezamos a ver colas en los garitos. Entramos a uno que no hay cola y sube a un piso muy… Raro, no está mal, pero no estamos en ambiente.
Cambiamos y vamos al Cielo, que lo teníamos visto de internet. 25$ sin consumición y con cacheo en el entrada. Pido un par de Coronitas, 14$, y la tipa encima me pide propina. Un dólar y va que chuta. No estoy para tonterías. El sitio es pequeño, pero la música mola bastante. Sin embargo, la tripa me está matando y tras tres visitas al baño decidimos marcharnos.
En la estación de Union Square, me entran unas ganas horribles de mear.. Y no hay baños, así que subo al parque que hay en superficie a miccionar en cualquier árbol.. Pero me encuentro que el parque está literalmente tomado por la policía. Así que empiezo a correr hasta que encuentro una esquina algo solitaria. Vaya debut en la noche neoyorkina.
El domingo nos levantamos para ver el marathon en Central Park. Es el final de carrera, así que desde que pasan los primeros pasa una eternidad hasta que llega la gente «normal». Está bien, pero me esperaba algo más. Pasamos por Times Square de camino a casa y siesta.
También pasamos por SBR, que por lo que parece se dedica más a la venta on-line, porque lo que es la tienda es bastante sosa. Eso sí, en la puerta, un cartel de Eneko que nos hizo bastante ilusión.
Después hago mi primera salida en solitario por NYC. Me encuentro literalmente con el Empire, bajo por la 5th hasta llegar a Broadway y el famoso Flatiron.
Lunes: Ferry a Staten Island para ver la estatua de libertad, pequeña decepción, y Manhattan desde el agua que sí que mola.
A la vuelta, Starbucks para entrar en calor después de quedarme tieso en el ferry, Wall St, Zona Cero y me cojo el metro para pasar a Brooklyn. Paseo largo por Brooklyn Heights, donde me como un increíble falafel por 3$ y vuelta a Manhattan por el puente de Brooklyn. Precioso.
Paso al Soho, y subo por Broadway hasta que no puedo más y cojo el metro.
Martes: Empire State por la mañana prontito, sin ninguna de las temidas colas..
Visita a Macy’s, sólo veo una planta porque me agobio enseguida, un ratito sentado en la calle en unas mesas y sillas que ponen y en la calle y nadie se lleva a su casa, paseo por la 5th hasta Central Park y vuelta a la 40th para ver la Public Library. Otra decepción. Vuelta a subir calles para llegar al Rockefeller Center y subir al Top of the Rock. Sin palabras.
Y a casa que hay que correr. 30 minutos empezando a 4.30 y terminando en 3.55 a 166 ppm y muy cómodo.
Miércoles: Apple Store, otra vez a Central Park, MET (sólo la mitad) , Harlem (asustadillo y sin sacar la cámara), Yankee Stadium (4 horas antes del último partido de liga) y vuelta al «barrio» para ver el partido en el Manchester Pub con quesadillas, nachos y alitas de pollo.
Jueves: Tribeca, Meatpacking District, Abercrombies (no me pareció tanto como dice la gente, pero cayó una chaqueta que ya tenía fichada) y a casa. Por la tarde, a correr a Central Park de nuevo. 50 minutos, empezando a 4.30 /km, y acabando a 3.45 y 176 ppm.
Viernes: visita guiada por la ONU, desfile de los yankees, donde me pongo a sangrar por la nariz. Siempre en los momentos más oportunos.
Comer con Iker y Ainara en un japonés,
visita al USS Intrepid, una joya de la II Guerra Mundial con un montón de mitos de la aviación en cubierta.
Cervecita en un Thai con música en directo cuando menos nos lo esperábamos.
Madison Square Garden. The world’s most famous Arena.
Allí hablamos con una tal Wingo, que nos dijo que jugó en Cantú cuando yo todavía no había nacido, y fue campeón de la NBA en los Knicks en 1973 (esto no nos lo dijo, lo investigué yo más tarde). También me enteré que estaba casi en la miseria… Muy fuerte.
LeBron impresionante con 19 puntos en el primer cuarto con canastas de todos los colores. Imparable. Shaq bastante gris, pero es que no le pasaban balones.
Espectáculo por todas partes (petición de matrimonio en el videomarcador, actuaciones…) Baloncesto de verdad poquito, y los Knicks una auténtica banda, jugando sin pivot y con Gallinari como única cosa reseñable, pero muy blandito en defensa.
Sábado. Madrugón otra vez para correr. 15 km, más 2.5 de ida que hacemos al trote porque vamos tarde. 15 km, empezando a 4.40 y terminando a 4.10 y 170 ppm.
Almorzamos en casa, y vamos a ver Chinatown y la aventura de los bolsos piratas, Little Italy y el Soho, al que nunca me canso de ir.
Cervecita y a casa un rato. Salimos a cenar aun mejicano, donde entre machos y más nachos y margaritas «en las rocas» se nos acaban quitando las pocas ganas que teníamos de salir. A las 22 a casa.
Domingo: Día típicamente neoyorkino en Central Park. Paseito (es un decir, porque yo creo que estuvimos casi dos horas andando), tumbarnos al sol y ver los espectáculos de la calle.
A casa a comer, maleta y al aeropuerto. Vuelta en un A340/600, encima del ala, donde puedo ver perfectamente los FanCowls y sus dichosos strakes que calculé en Getafe en 2003… Un bonito final a un viaje que espero que sea repetible.