Este domingo corrí en Castro Urdiales, triatlón olímpico sin drafting que estaba entre mis objetivos del año desde noviembre. Entonces se suponía que no era objetivo preferencial (race A 😉 ) porque era muy cerca del Challenge. Después de no acabar el Challenge, seguía sin ser un objetivo porque una semana más tarde, seguía estando hecho un auténtico asco, durmiendo doce (10 + 2) horas al día, algo que no me había pasado en la vida.
Así que me olvidé de previas, objetivos, estudiar lista de inscritos, etc. 4 días de natación sin mucho volumen pero sin bajar la intensidad para intentar no perder sensaciones y dos días de bici, uno en Vitoria con tres achuchones Strava y otro en Castro, aprovechando que teníamos que ir a hacer otras cosas, para volver a ver la bajada del puerto, que desde Semana Santa no lo había visto y otra vez que me tocó hacerla en muy mojado, con lo que no sirvió de demasiado.
Así que nos presentamos en Castro, en el primer día en una semana que no me sentía como un trapo. Dejo todo preparado en boxes, con la bici en configuración full-aero (pero de nuevo con todos los separadores puestos en el manillar tras fallida prueba la semana anterior de quitar uno) y ganas de acabar de una vez una carrera y pasarlo bien compitiendo.
Me tiro al agua a calentar. Malas sensaciones. Intento hacer un par de cambios de ritmo sin demasiado éxito. Bueno, no pasa nada. Ya saldrá. Me dirijo a la salida. El hueco es muy estrecho para 400 tíos. Intento evitar el muro, para por lo menos tener una oportunidad de escape si la cosa se pone chunga. No busco la primera línea porque sé que no estoy para aguantar ahí, me quedo en la segunda, pero para variar, todo Cristo se salta la línea de las boyas, y sin darme cuenta ya estoy en 6ª línea. Eso ya no tiene remedio. No tengo ganas de ponerme a dar empujones y recuperar mi sitio. Le doy un grito al juez de la lancha para desahogarme (sé que no va a servir de nada) y nos ponemos a bracear. Caos absoluto. Patada en la cara, imposible avanzar, pero seguimos moviendo brazos y pies hasta que de repente, sin saber muy bien cómo, tengo todo el puerto para mí. Tengo a la gente a los dos lados, y me he quedado sólo en el centro. Pues nada, para adelante. No busco pies. Sigo así hasta la primera boya (que no la he visto hasta muy pocos metros antes pero se suponía que estaba al final del rompeolas) y entonces sí ya intento buscar algún grupo aunque no lo consigo. No tengo mala sensación aunque sí que veo que no estoy cogiendo mucho agua sobre todo con el brazo izquierdo. Salgo del agua y pequeño mareo al ponerme de pie en las escaleras y subo a boxes. Oigo a Alegría decir por megafonía que Bizkarra y Borja ya están saliendo de boxes… Joder… Pues sí que he nadado mal… Bueno, no pasa nada. Busco mi bici, que como me equivoco de número no encuentro a la primera. La verdad es que hay un montón de bicis, así que mal mal mal tampoco he nadado.
Me subo sin salto (ya lo he dado por imposible en la cabra hace tiempo) y aprieto. Tengo a Almagro delante pero sé que es imposible seguirle. Hasta Allendelagua pica para arriba y se puede perder mucho si me duermo, así que ni me abrocho los velcros de las zapatillas. En el segundo bache me salta del manillar el único bidón que llevo (encima es el de Abu Dhabi, con el cariño que le tengo). No me ha saltado en toda la temporada y para un día que llevo uno y con un calor serio, me quedo sin Energy. Ni me planteo parar a por él. Bastante he perdido ya en el agua. Sólo espero que haya agua en el giro de 180º en el puerto.
Voy subiendo bien y en cuanto puedo me acoplo. Anda bastante aire, agacho bien la cabeza y meto watios. Me veo bien. El dolor de piernas de Landa no aparece a pesar de que voy a 270w. Sigo moviendo pedales, sólo preocupándome de no atrancarme y adelantar gente. Qué bien. Por fin haciendo lo que me gusta. Yendo muy rápido, dando fuerte a los pedales, oyendo zumbar las ruedas encima de la Blue. Ya era hora. Ya que estamos y que parece que la cosa empieza a funcionar, vamos a ver hasta dónde llegamos. Me da igual bajarme a correr y que no pueda bajar de 4’/km. Voy a disfrutar cada momento como si fuera el último.
Después de 15 km a tope, por fin llega la subida. No he reservado nada hasta los últimos 200 m. Subo piñones y a mantener cadencia. Es un puerto llevadero, con un par de rampas más duras, pero no especialmente duro. Me pasa Alonso del Santander, y le tomo como referencia, pero a falta de 2 km le paso al ver que hemos bajado de 300w. Poco después llegan Aja, Hoz y Madariaga, que me pasan poco antes de girar (donde no hay agua…,mierda). Bueno, para abajo. Empieza lo chungo.
Bajada jodidilla, con buen asfalto pero con curvas que se abren y se cierran, zonas donde se puede pedalear mucho y 4 herraduras que se ven muy bien. Aja y Hoz se me van en la primera curva. En la segunda me pasa Manzaneda, a quien le había pasado antes de empezar el puerto. Con lo que me ha costado recuperar y lo que estoy perdiendo.. No bajo despacio, pero sí bastante más tieso que el resto. Me pasa Alonso y un chico del Atlético que se come una de las frenadas de las herraduras, librando milagrosamente de estamparse contra uno de los pelotones que han pasado subiendo… Por fin se acaba el puerto, y veo el grupo de Aja al final de la recta. Calculo unos 30 segundos. Pues nada, otra vez. Acoplarse, cabeza abajo y pedales. Me sigo viendo fuerte y capaz de cogerles aunque llevo la boca como un estropajo. Les cojo antes de Islares. Van demasiado juntos, así que para evitar problemas cojo aire y les paso aunque me cuesta lo suyo. Ahora queda mantener hasta Castro. Eso lo hice en Semana Santa con un cicloturista así que ahora tengo que poder. Ya veremos luego cómo corremos.
La entrada al centro se hace peligrosa con algunos coches, con alguno me la juego un poco- Bajada sin cruzaíto (voy bastante tostado) y entramos a boxes.
Otra vez que no encuentro mi sitio a la primera. Me pongo los calcetines y a correr. Salgo muy fuerte para intentar coger al grupo que me ha adelantado en la transición. Cojo un botellín de Powerade caliente que la organización nos ha dejado a cada uno, y salgo con él en la mano. Al hacerlo, me viene a la cabeza el recuerdo de mi hermano en Aritzaleku.. Bro, hoy lo voy a hacer bien… Le doy un trago (por fin…) y lo dejo en una maceta. Le veo a Aja. Si le aguanto iré bien. Pero me vengo arriba (cuánta rabia acumulé en 15km en Vitoria) y le adelanto, pero el trago de Powerade caliente me ha perjudicado más que ayudado, y me entra flato. Mierda. Toca levantar el pie. Esto normalmente lo soluciono bajando un poco el ritmo y pasando el primer kilómetro a 3.25, parece más que recomendable. A la vuelta del rompeolas me pasa Aja de nuevo. Ya estoy un poco mejor, así que voy a intentar mantenerle la distancia. Por detrás viene Hoz, que me pisa literalmente los talones. Pienso que acabará cediendo, pero se ve que ha mejorado mucho corriendo y todavía tiene aliento para animar a todos los integrantes de su equipo con los que nos cruzamos, que son unos cuantos! Uno de ellos, Loroño, me anima diciéndome que hoy sí es el día como me había vaticinado. Muchas gracias, tío!! No es la carrera de mi vida, pero me lo estoy pasando muy bien.
Al llegar a Brazomar ya nos cruzamos con la cabeza. No cuento el puesto, pero creo que sí puedo estar entre los 20 primeros si aguanto ahí. El ritmo se estabiliza en 3:40, aunque me noto muy torpe corriendo. Según pasan los kilómetros me encuentro algo más suelto, no más rápido, pero sí adelanto algunos puestos. En la segunda vuelta ya empiezo a saludar a la gente que me anima (muchas gracias de nuevo!!) y en los dos últimos kilómetros intento apretar un poco más para ganar algún puesto más (se me resistió Calahorra que me llevaba controlado) pero noto el pecho algo hinchado, no respiro bien y tampoco me dejo la vida en ello.
Al final después de mucho tiempo, muy contento, feliz, en la zona de post-meta y tras aplicar las ciento y pico sanciones de tiempo (400 triatletas no caben en un circuito de 40 km tras 1500 m con una sola salida) , puesto 14º, que no era lo más importante en esta carrera, pero que por qué vamos a negarlo, también da gustito.