El sábado cumplí otro de los pequeños sueños que tenía desde hace mucho tiempo, que era participar en una competición natación en piscina. Fue en la piscina del CTD Adarraga de Logroño, dentro de la Liga Norte Máster y enrolado en las filas del CN Judizmendi.
Ya escribí al final de la temporada pasada (Análisis de mi rendimiento en la natación en 2015), que el tema de la natación en la carreras me estaba sacando un poco de quicio, porque veía que no era capaz de sacar en las carreras lo que creía que tenía en la piscina. Por otro lado, también anuncié en el Balance de la temporada 2015 que una de las principales novedades de este año sería la participación en carreras de natación con varios objetivos:
- Entrenar mejor y con algo más de motivación en invierno
- Aprender a sufrir en el agua, ese medio hostil…
- Competir.
Por otro lado, en el Vibike hemos conseguido hacer grupo de verdad para nadar y también se está notando. Hemos pasado de los 2300-2500 del año pasado entre Mendes y yo a los 3000-3300 con la mitad de esfuerzo mental. Eso sí, sigo con 3 días/semana. No me da para más.
En los últimos entrenamientos ya estaba viendo que los tiempos iban mejorando y me marqué como objetivos 5:10 en 400 y 1:07 en 100, más que nada porque pedían unos números para hacer la inscripción, pero el objetivo de la carrera no era otro que empezar a competir y aprender. A la primera prueba de la Liga Norte no me apunté porque me parecía un poco precipitado (y porque teníamos comida del equipo en el Ikea), pero la segunda oportunidad no la dejé pasar y me apunté a las únicas pruebas de libres que había en Logroño: 400 y 100m.
Fuimos con tiempo porque ninguno de los que íbamos habíamos estado nunca en una cosa de estas. y llegamos una hora antes de empezar. Bastante bien, para que nos diera tiempo a cambiarnos (buena idea llevar un bañador para calentar y otro para competir) y a probar el agua, poyetes, etc. La piscina era bastante oscura, el agua sabía rarísima, pero el poyete era brutal: ligeramente inclinado hacia delante y plano inclinado para el pie trasero. Así que después de un par de semanas dando vueltas a cómo tirarnos de cabeza, ya lo teníamos claro: pie delante y pie detrás. En cualquier caso, hicimos unas cuantas pruebas, todas bien, así que una cosa menos. Habíamos calculado que hasta pasada una hora y media no nos tocaba nadar, así que tampoco merecía mucho la pena calentar demasiado y nos salimos del agua cuando empezó a llegar gente, ducha caliente y a esperar.
Por fin llegó la hora. Echo un ojo a mis compañeros de serie. Sólo tenía fichado al de mi grupo de edad, que en Santander hizo 1:07 en 100. El resto eran mayores. No hablo con nadie. Me siento en mi silla esperando a que nos llamen. Me subo al poyete, me coloco con cuidado de no caerme hacia adelante y liarla, con los dedos bien enganchados, me agacho, reacciono rápido y al agua. Bien. Sin problemas. Primera parte superada. Ahora toca nadar. Me noto rápido, no excesivamente acelerado, pero el tío de la calle de al lado (voy en la 9) se me empieza a escapar. A pesar de ser 400m no da tiempo a mucho: ni pensar en el rolido, ni de meter la mano antes del codo, ni sacar la mano atrás.. Sólo me estoy dando cuenta de que cada vez me estoy quedando más, de que ya he perdido la cuenta de los largos que llevo más o menos en el 200, y de que en los virajes no estoy llegando a la marca de 5m, que últimamente sobrepasaba con bastante facilidad entrenando. Sólo queda aguantar el dolor de brazos que va creciendo, intentar no asfixiarme y seguir empujando hasta ver que el tío de la calle 8 se pare.Llego. 50 m más tarde de lo que esperaba, lo que ha supuesto que he hecho dos cambios finales, uno para llegar a la 350 y otro para el 400. Respiro. Me dicen que 5:13. No me lo creo. La mejor expectativa era 5:20 y no tengo la sensación de haberlo hecho bien. Pero mira. Ya tengo un tiempo.
Como algo hay que analizar, no se puede llevar Garmin (tampoco lo pretendía, eh?!) pero sí te cogen los parciales cada 50m, podemos apreciar cómo nada un triatleta sin experiencia en piscina y gente con callo, que más despacio, pero nadan igual que los de la tele: constantes y apretando al final. Y no, salir a degüello y acabar desangrándose…
Pero bueno, muy contento. Al fin y al cabo, quedé el tercero de mi grupo de edad, que creo que no está mal, pero tengo que aprender muchas cosas. La primera, es intentar saber a qué ritmo voy en intensidades altas, y saber dosificarme y no picarme con el primero que pongan en la calle de al lado. Para la siguiente, creo que ya nos pondrán en series más compensadas, porque ya tendremos marcas acreditadas, y espero que no me vuelvan a poner al lado de un 4:50… Este es otro tema, vaya nivel que hay.. Gente nadando el 100 en 53, muchos raspando el minuto… La mayoría ex-nadadores, otra liga.
Un rato después, nadé el 100. Ya más relajado, hice lo que pude, pero me quedé con la sensación de que podía haber ido más rápido y de que no me supe exprimir. Hice 1:07, otra vez mejor del 1:10 que creía que podía hacer, pero sólo 2 segundos más rápido que el paso por el 100 del 400… Así que está claro que en el 400 empecé demasiado rápido y en el 100 me dormí. Sólo llevamos semanas entrenando con cierta intensidad, y todavía estamos muy lejos de trabajar bien esas zonas, así que paciencia. Además, no hay que olvidar que lo importante será con neopreno y aguas abiertas rodeado de 400 tíos.
La siguiente dentro de menos de un mes en Donosti. A seguir trabajando.