Triatlón Sprint El Rasillo de Cameros 2022. Sprint. 10º (1º V1).

Una vez superada mi segunda pubalgia en «sólo» cuatro meses (sin correr y sin bici) y con una hernia inguinal que pretendo operarme en octubre, desde febrero había entrenado sin muchos problemas, pero con muy muy poca carrera a pie y las únicas series por debajo de 3’30 a 3 días de la carrera.

Volumen de carrera a pie

Hasta hacía un par de meses no tenía objetivos. Primero, porque después de dos años de pandemia, he decidido no hacer planes a medio-largo plazo y segundo, porque no sabía cómo me iba a responder el cuerpo con tanto parón. Una vez visto que en bici salían los números y nadando estaba más o menos como siempre, mi «race A» era el triatlón Olímpico sin drafting de Ejea de los Caballeros, pero Susana quería volver a competir y correr un sprint «tranquilo» me podía venir bien. Al final, llevo nada más y nada menos que un triatlón desde final 2019, y aunque me gusta entrenar y no me hace falta tener un objetivo a la vista para hacerlo, la salsilla de las competis siempre nos da un aliciente especial a todo.

Hicimos plan de finde, durmiendo en Jalón de Cameros (muy bonito pero al otro lado del valle), lo que nos obligaba a a subir y bajar el puerto de La Rasa para ir al pantano.

Nuestro alojamiento en Jalón de Cameros

El sábado fuimos a El Rasillo a ver el acuatlón y supervisar el circuito. La verdad es que el sitio es espectacular. El pantano es de los más bonitos en los que he nadado y me llama bastante la atención que la gente no se apunte para correr en sitios a sí y luego se metan en rías contaminadas, puertos con olor a gasoil, etc..

Entrada al agua

El recorrido de la bici era más sencillo que el de la primera edición, que corrí en 2010, ya que no había que subir a Ortigosa. 3 vueltas (no entiendo muy bien porqué no hacen 4 y se deja en 22km en lugar de 17), no llanas, pero sin repechos reseñables, a excepción del de salida de T1 del que hablaré más tarde.

Correr: un infierno. Subir y bajar 2 veces desde el pantano al pueblo. Esto sí, sin un metro llano.

Tras reconocer el circuito en bici y repasar la crónica de mi carrera de 2010, hice un par de intentos de salto de la rana sin demasiado éxito para, como ya tenía en la cabeza, olvidarme de este salto y ponerme las zapatillas de bici en la T1. La salida es cuesta arriba y ya entonces perdí el grupo bueno. Esta vez iba a cambiar de estrategia.

En el acuatlón pude ver cómo estaban algunos de mis «rivales». Tampoco es que tuviera muy estudiado el tema, pero para V1 contaba con Javier Vega, que salió a 1’30 nadando de Ciro y por detrás de Marieta, una chica juvenil del Vibike que también nada en el Menditxo y que tiene mejor marca en el 400m libres que yo.

Con esto nos fuimos a descansar para volver al día siguiente. Y aquí empieza lo peor. Siempre me he puesto bastante nervioso antes de las carreras, pero no entiendo muy bien por qué, cada vez lo hago más. No sé si por estar también pendiente de Susana y su retorno, por la falta de competición, por el mal recuerdo de la natación de Pont De Suert, por miedo a caídas en la bici tras varios años sin apenas salir en grupo, o porque creo que tengo posibilidades de hacer «algo», me pongo tan nervioso que me llegué a preguntar si todo aquello merecía la pena. Igual es algo de lo que escribo más adelante, pero o consigo reducirlo o tengo un problema.

Una vez pasado este trance, ya conseguí meterme al agua a calentar, que es el momento en el que me empiezo a sentir mejor y relajarme. Esta vez no me equivoqué de neopreno, y llevé mi prototipo de Orca 3.8 con el que mejores números me salen. Sólo había unos 100 inscritos, con salida muy amplia desde el agua, por lo que no esperaba grandes problemas.

Se dio la salida y seguí la estrategia que tenía en la cabeza. Salida rápida, pero sin volverme loco. Tengo una forma de nadar, lo guay sería tener al menos dos, pero a estas alturas no puedo cambiarla. Así que intenté seguir a mi ritmo, con mi frecuencia de brazada e intentando respirar bien. Decidí no llevar Garmin, porque en aguas abiertas sólo me da información fiable de la cadencia de brazada y del pulso, pero es información que no me sirve de mucho y para evitar problemas en la transición, no lo llevé. Transcurridos unos metros, veo que el que creo que es primer grupo no se me ha ido, pero les tengo a un par de metros. Intento cambiar, pero no puedo, así que desisto y busco otros pies. Entonces aparecen las mangas naranjas del Orca de Marieta por mi derecha. Espero un poco y al llegar a la boya (que por lo que veo la tomo igual de lento que siempre) ya me adelanta. Lleva un chico pegado a sus pies, así que cojo los de este chico, y así, sin demasiados problemas llegamos a la orilla. Si Marieta no ha nadado mal, creo que he hecho una buena natación.

En la clasificación (que un mes después de la carrera no está publicada así que me la he hecho en Excel a partir de las fotos que sacamos allí) veo que Altuna me ha sacado 50 seg, frente a los 2’36 del olímpico de Pont de Suert y Ciro 30″, que creo que he está bastante bien. Probablemente de las mejores de mi vida, así que bastante animado, voy a por la bici. Me pongo las zapatillas en boxes (que aún así también me cuesta un poco) y sé que llega el momento.

Me cuesta un poco enganchar las calas (pero cuando lo consigo enfilo el repecho y lo hago a muerte). La carrera está aquí. Dejo atrás a Vega, que me ha adelantado en la T1 pero no se ha puesto las zapatillas rápido en el salto y aprieto todo lo que puedo hasta el giro del pueblo, haciendo un minuto a 400w y la subida hasta el pueblo en 3 minutos a 337w. Ya nos hemos cruzado con gente. Los 5 primeros son inalcanzables, y ya es cuestión de ir cogiendo gente. El primero al que engancho es Echenique. Le digo que se ponga a rueda con la esperanza de que me ayude un poco más tarde. Cogemos a Nieto y Ciro (ya no me acuerdo si en este orden) y por detrás nos coge Alberto Pascual. Total, que hemos hecho un grupo majo, pero no hay demasiado entendimiento para pasar o se pasa sin mucha convicción. Por delante, van el quinteto de cabeza del que se descuelga Altuna y Ayúcar, que dio una exhibición en el acuatlón y me ha adelantado corriendo hasta la T1 pero va sólo y aún así, no somos capaces de cogerlos.

Yo hay cosas que no acabo de entender. Vas en el segundo grupo. Bien, puede que no vayas muy fino y que corriendo vayas a sufrir y quedar último del grupo, pero siempre será mejor luchar del 1 al 12, que del 6 al 12, aunque al final vayas a quedar el 12, ¿no? Pues nada.

Visto lo visto, a mi me daba igual quedar el 6 que el 12, pero una vez descartadas metas mayores, quería ganar en V1.

Marcando el ritmo sin pensar mucho

Así que me pongo a tirar fuerte en las subida a El Rasillo y justo después del giro, dejo que en las zonas de curvas me pasen, que tampoco es cuestión de ralentizar. Tenía piernas para intentar atacar, pero la zona más dura iba seguida de un tramo donde me cogían seguro, así que me guardé lo que pude.

Esto hay que mejorarlo…

Al final, 3 subidas de unos 5 minutos a 335w, para una media de 277 y 302 NP. Más o menos en mi línea de los últimos años.

Y así llegamos a la T2. Me pasan todos y me calzo (lento) las Asics. No tenía muy claro que fuera el terreno más adecuado para estas zapatillas con tanta piedra y subida, pero ya que te gastas 250€ en unas zapatillas hay que usarlas 🙂

Adelanto a Ciro, Echenique y Cano enseguida, pero no termino de encontrarme bien y el flato empieza a asomarse peligrosamente.

Vuelvo a contar. 10º. Con pocas opciones de adelantar más y muy poca confianza en mi carrera a pie, me dedico a contar chicas para ver cómo va Susana y a no petar del todo. No tengo ni idea del ritmo de carrera, porque como he dicho antes no llevé el Garmin, pero desde luego, rápido no fui…

Sólo en los últimos metros que son los únicos llanos (200?) me noto a gusto, lo que me permite disfrutar por un momento de la carrera y entrar saludando a meta, contento porque creo que en líneas generales lo he hecho bastante bien.

Al final, 10º y gané en V1, con Ganuza y Raul Saez por detrás, que no los tenía fichados.

Susana también ganó en V1 y conseguimos una foto que no sabemos si podrá repetirse y que nos hace una ilusión especial, así que tan contentos para casa y a preparar Ejea.

Cascos Aero: Giro Aerohead, Kask Bambino Pro, Met Drone

En la última entrada de aerodinámica del blog, intenté estudiar la diferencia entre varios cascos en carretera y condiciones reales. No saqué conclusiones claras respecto a los cascos, entre otras cosas, porque vi que el movimiento lateral era más relevante que la posible diferencia entre cascos.

Así que, viendo que la diferencia entre los cascos era pequeña, decidí volver a un entorno más controlado: el velódromo, que en mi caso es abierto, pero con Notio soy capaz de controlar la influencia del viento y los posibles cambios de velocidad asociados a su incidencia.

Para empezar empecé con mi casco de carretera Kask Mojito contra mi Met Drone y el Bambino (cola corta) que acababa de comprarme.

Aunque ahora soy capaz de medir mi movimiento lateral, tuve la precaución de ir alternando los cascos, de forma que mi fatiga (a más fatiga, más movimiento lateral, mayor CdA) no penalizara a ninguno de los cascos.

Los resultados fueron los siguientes:

En gráfica:

En tabla:

Y por seguir insistiendo en lo que para mí ha sido el descubrimiento de la temporada:

Por lo que en mi opinión, esta es la gráfica que mejor resume el resultado:

Es decir, que mi CdA en velódromo con el equipamiento de aquel día era de alrededor de 0.272 con el Mojito y el Dron y el Bambino andan por 0.262 es decir un 3.5% de diferencia.

Curiosamente, con estos cascos aero estaba comparando dos conceptos completamente diferentes pero el resultado era el mismo. Por otro lado, conseguí, gracias a Mauricio Vega, un Giro Aerohead, que vendría a ser una solución intermedia entre la cola larga (Drone) y la corta (Bambino Pro).

Como ya veía que había que afinar bastante en la medición para encontrar diferencias si las había, volví a la bici de piñón fijo, intentando que todo fuera más constante.

En gráfica:

En tabla:

Roll vs Fatiga

Y la gráfica buena:

Conclusiones:

  1. es fundamental tener en cuenta el roll. Sólo con el promedio podría haber dicho que el Drone era el mejor.
  2. Muy parecidos los tres, con una ligera ventaja para el Bambino. (1%, para mí, despreciable)

Finalmente, y para ver si la diferencia de posición UCI respecto a la de triatlón era relevante, volví a la pista con el Bambino y el Aerohead y mi Blue para hacer unas tandas algo más largas (10′).

En gráficas:

En este caso, como la 2 del Aerohead hace algo raro, y la última con el Bambino es a más watios, dibujo sólo la Aerohead 1 y la Bambino 2. Se puede ver que el Bambino va algo mejor, pero también iba con 8w menos.

Promedios:

La gráfica de la fatiga

Y la definitiva:

Conclusión, que estos dos cascos, en mi posición, son prácticamente iguales. A partir de aquí hay que valorar otros aspectos, como la comodidad: el Aerohead me estaba pequeño a pesar de ser talla L. Iba mucho más cómodo con el Bambino. Por otro lado, como por el Bambino ya lo he pagado, me he quedado con él.

Sí que en todas las pruebas noté bastante calor y poca ventilación. No me gusta modificar cascos, así que de momento, lo que he hecho ha sido pintarlo de blanco y creo que ha mejorado bastante. De hecho, corrí en Ejea a unos 30 grados (aunque tuve suerte de que se nubló) sin ningún problema, así que este va a ser mi casco.