Por fin he llegado de mi primera experiencia alforjera. Irrepetible. Como tengo para rato con la crónica, de momento escribo la etapa 0 y la 1… Y ya iré ampliando…
El día 13 de agosto, salimos Gorka, Iván y yo a las 7.45 desde la estación de autobuses rumbo a BCN, con ALSA, que sólo nos cobraba 5 euros de más por llevar las bicis, y ni siquiera había que embalarlas. Sólo desmontar la rueda delantera y cubrir un poco la cadena. Vamos, casi lo mismo que en Renfe (donde sólo se puede llevar desmontada y embalada en los trenes litera) o en los interminables Regionales.
Nos plantamos en BCN-Sants a las 14.50, en viaje bastante cómodo, cuya primera parte me pasé dormido. Algo insólito, pero se ve que todavía arrastraba la secuelas del corte de digestión que cogí el día 10, que no se nos ocurrió otra cosa que subir a Opakua, (Mikel en plato) y yo detrás a 186 ppm, para eliminar los excesos de las fiestas. EL siguiente tren salía a las 15.16. Así que corriendo (yo, claro, Iván y Gorka a su ritmo) por la estación a buscar la taquilla donde se expedían los billetes. Iván, el experto en estas lides, nos dijo que en el primer o el último vagón de los trenes regionales siempre había un hueco para meter las bicis. Así que corriendo, esta vez sí, todos al primer vagón, donde nos encontramos con una pareja de madrileños con sus bicis. Metemos 5 bicicletas con sus alforjas como podemos, porque no existía el tan ansiado hueco… Y así durante dos horas, en un tren petado hasta la bandera (día entre semana en hora punta) y 36ºC de temperatura exterior, y yo que no me acababa de encontrar en condiones.
Llegados a LLançá buscamos nuestra pensión, donde también hacía un calor infernal. Dejamos las cosas y decidimos ir a la playa para darnos el clásico baño inicial en el mediterráneo.
Etapa1- Llançá-Albanya: 70 km.
Salimos a las 9.00 y ya hace calor. Apenas hemos dormido nada porque teníamos la ventana abierta para intentar refrescar la habitación, (en balde) y pasaban coches y camiones cada 2×3.
En la primera cuesta, dura, nos encontramos con la pareja de madrileños del tren… Parados, porque a la chica se le han subido las pulsaciones y en el primer cruce ya se había perdido… Intercambiamos unas palabras con ellos y seguimos con el repechón. 5 km al 5% por una pista que n ose parece a la de las fotos, nos empieza a hacer ver a lo que nos estamos enfrentando. Y cuesta arriba cuesta abajo, parando cada 10 minutos para que Gorka recomponga su equipaje que se le cae en cada movimiento brusco, y empezando a coger carretera en lugar de liarnos con los dichosos cruces de las pistas, llegamos a comer a Agullana. Km 40. 13.30h y un calor insoportable… “Sólo” nos quedan 30 km..
Todavía nos queda el cuestarrón al Collado Creu de l’Ocell. Impresionante. No acaba nunca.. Gorka ya piensa en abandonar e Iván y yo en algún replanteamiento del viaje, porque así no podemos seguir. Pero bueno, se supone que ya es todo cuesta abajo hasta Sant Llorenç de la Muga, así que de momento pensamos en terminar la etapa y luego ya veremos. Pero hete aquí, que de repente nos encontramos con otro cuestón, esta vez de cemento, que no aparece en ningún sitio y que ya acaba de machacarnos a todos…17.00, llevábamos 8 horas a más de 30ºC, con 7 o 8 bidones bebidos, y seguimos deshidratados. Esto definitivamente nos es para nosotros. Llegamos a las 18.10 al camping de Albanya que marca 36.6ºC… Otro día así y morimos.
Así que creamos gabinete de crisis, y decidimos cambiar el plan: No estamos preparados ni físicamente, Iván y Gorka llevan bicis sin suspensión delantera, estamos en plena ola de calor, y demasiado peso en las alforjas para seguir por esas pistas. Haremos la Transpirenaica en BTT por carretera.