El sábado 26, día después de Navidad, nos juntamos en la piscina de Lakua, para realizar el test 20′ de nado máximo. Primer test del año, y una vez más medio enfermo. Un catarrazo importante, surgido del frío y la fatiga tras la Media Maratón, que me hicieron dudar hasta el último minuto si realmente merecía la pena hacer el test. Sabía que no estaba bien y los resultados no iban a ser muy válidos para determinar mis ritmos de entrenamiento de cara al segundo macrociclo, pero al final me decidí a hacer y el resultado no fue nada malo.
Primer 100 a 1.23, casi sin querer, y luego estabilicé a 1.32 para pasar el primer 500 en 7.30. Después, una vez superado a Xabi, me fallaron las fuerzas (previsible) y un poquito de motivación, cayendo a 1.35 para hacer el 2º 500 en 7.57, con el paso por 1000 a 15.27. Terminé sin hundirme con 1300m en 20.16, con 165 ppm a 1’33″50, que es el mejor resultado que he hecho:
-1″/100 mejor que en marzo de 2008 (que ahí sí que estaba sano)
– 2.5″/100 que en diciembre de 2008 que estaba con antibióticos y anginas…
-2.5″/100 que en marzo de 2009, un mes después del famoso parón de las anginas.
En la gráfica se ve que el ritmo del primer 500 es mucho mejor que en los otros test, pero luego ya no aguanto y caigo, aunque no termino de hundirme del todo..
Ahora a esperar a que el mister me pase los ritmos de entreno, y a ver si para el siguiente macrociclo, en el que quiero aumentar bastante el volumen (sólo hemos hecho 2 meses de 20 km cada uno) noto una buena mejora y llego al test en condiciones para que sea representativo. Me gustaría poder acercarme a 1.30, pero 3.5″/100 son un mundo.