10k de Donosti. sub 34 (33’54») y 4º puesto.

Tras el buen resultado en el Cross Popular de San Esteban de Tolosa del 12 de octubre, me vine arriba y me apunté al 10k homologado que Alberto me había dicho que se celebraba en Donosti, aprovechando la logística de la Clásica de 15km. No suelo competir en fines de semana consecutivos y menos a estas alturas de temporada, pero me cuadraba por temas personales, así que bajé un poco la intensidad de los entrenamientos de la semana (exceptuando el test de 2xk a 3’25 con las Next) y me presenté allí, con el único objetivo de bajar de 34 minutos por primera vez en mi vida. Es algo que me hacía mucha ilusión y el que escribe sigue moviéndose por ilusiones. La verdad es que tampoco había corrido nunca un 10k homologado, pero nunca había hecho 10 km seguidos por debajo de 3’24. Lo más cerca, Idiazabal en enero de 2015.

Tras 5 semanas de entrenamiento, puede parecer un poco pronto para intentar hacer mejores marcas a mi edad (41), pero después del ritmo de Tolosa estaba bastante confiado en poder hacerlo. También es cierto que a pesar de hacer mis mejores marcas en 2014/15, ese año no entrené especialmente la carrera a pie y desde entonces, bastante menos por diferentes razones.

Después de la experiencia de Tolosa, pretendía salir a 3’15 en el primer kilómetro y sacar un margen de 10 segundillos que poder ir administrando corriendo alrededor de 3’25 que es un ritmo en el que en esa distancia voy relativamente «cómodo».

Tras recoger los dorsales de toda la expedición en casa de Fuente, aparcamos en Illumbe y bajamos a Anoeta. No tenía pinta de haber mucha gente para la de 10km. En lugar del café antes de la salida, me tomo el gel de cola de 226ers de 160 mg de cafeína con agua 50 minutos antes del inicio (primera consecuencia del test genético). Esta vez he desayunado menos arroz que la semana pasada para evitar bailes desagradables en la tripa. (esto es prueba y error).

Calentamiento fácil en la recta de salida y ante las dudas del personal, me pongo en primera fila.

 

Se da la salida y enseguida se distancia Kamel Ziani (no le había reconocido), Hossain (tampoco) e Iker Ortíz de Zárate. Yo salgo conservador (correr fuera de casa siempre me hace más precavido) y me coloco tapado en el segundo grupo.

Pero pasamos el primer kilómetro en 3’22! Así que ya me he quedado sin el colchón y hay que cambiar el plan porque me da que así nos vamos a 3’30».

Paso a tirar del grupo y nos quedamos 3, pero con el ritmo estabilizado en 3’25. Al paso bajo Miraconcha noto un amago de flato que me dice que por el momento no puedo bajar de ahí. Así va pasando la carrera hasta que en el giro de las unis, decido tomarme un descanso y ponerme a cola de grupo. Pero justo antes de llegar a Ondarreta veo otro 3’26 y cambio al llegar la cuesta (cuesta que sólo parece cuesta en las carreras) de Miramar. Me noto bien, así que decido meter un puntito más, pero dejando algo para el final. Veo algún 3’23». Creo que voy a andar bastante justo, pero hay que confiar en el GPS y en que sé que en los últimos 2 km voy a poder tirar algo más si no reviento antes.

No aprieto del todo hasta llegar al último kilómetro, con el estadio ya a a la vista. Me avisan que la pista resbala, así que entro con cuidado, pero voy lanzando poco a poco el sprint contra mí mismo en la curva para ver el reloj en 33’40» y entonces sí, darlo todo en la recta para pasar en 33’54». De nuevo 4º puesto, que esta vez me sabe mejor, porque el podio era imposible desde el primer metro, y MMP, por lo tanto objetivo cumplido.

 

Al llegar al vestuario, me di cuenta de que en las zapatillas faltaban mis plantillas… La cosa es que durante la carrera noté las zapatillas algo grandes, pero achaqué la sensación a tanto cambio de zapatillas durante los tests… En fin.

Bueno, pero aparte de la marca, estoy contento por cómo corrí.

Creo que es la primera vez que no salgo como pollo sin cabeza y corro «en negativo». Me sentí algo raro durante la carrera, pero la sensación de control es mayor y creo que es más fácil hacer buenas marcas de esta manera. Pero bueno, esto que parece tan sencillo, sólo es «fácil» cuando corres con poca gente, los tres primeros se marchan a los 200 metros y la gente que va contigo sabe correr. Viendo pulsos y el cambio del último kilómetro me da la sensación de que todavía tenía algo más.

En cualquier caso, todavía es pronto, me falta entrenar por encima de 180ppm, hacer cuestas, pliométricos,… y no dejarme las plantillas.

¡Esto acaba de empezar!

 

 

Nike Next vs ZoomFly

Tras las pruebas de las Nike Zoom Fly contra zapatillas convencionales (Boston 6 (I) y (ii) y Brooks T7), me quedaba el siguiente paso: probar estas zapatillas contra las Vaporfly 4% y ver si era capaz de medir alguna diferencia entre ellas. Tal como conté en la primera entrada de este serial de pruebas de zapatillas, Marc Hurtado (Running Fiz) me dijo que para 10k y hasta media maratón me recomendaba las Zoom Fly antes que las Vaporfly4%. Los argumentos (más estabilidad y amortiguación más que suficiente) me convencieron. Aunque claro, el hecho de que el vendedor en cuestión te ponga mejor las zapatillas que tiene en la tienda, frente a las que no tiene en la tienda, pues te hace dudar un poco.

El caso es que mi compañero Alberto González, un tío que creo que por su pasado en el motociclismo de competición, está siempre abierto a cualquier mejora de material, se ofreció a dejarme sus NEXT%, la versión supuestamente mejorada del las Vaporfly 4%. Acepté encantado.

Para empezar, (y sin entrar en terminologías ni nombres de espumas ni materiales) lo que más llama la atención es el upper, que parece papel de fumar. A pesar de tener mucha más espuma ( y debido a la baja densidad de este material), son más ligeras que las Zoom Fly2 (fotos de tallas US11, sin plantillas).

La horma es todavía más estrecha que en las Zoom Fly2:

Y la suela es completamente distinta:

Pero en teoría, la placa de carbono, que en mi opinión (por lo menos hasta ese momento) es lo realmente importante, es la misma.

El primer punto negativo de las Next% lo vi nada más calzármelas. La lengüeta. Tiene lengüeta y es tan fina que se mueve mucho al calzártelas y creo que es bastante complicado (imposible) que en una transición de un triatlón se quede en su sitio. Sin embargo, el ajuste del pie, principalmente en la parte delantera es mucho mejor. Las notaba más pequeñas, pero en los dos casos me valen en US11.

Una vez hecho este primer análisis, cogí mi viejo ipod nano y me fui a fui a probarlas a las dos rectas de Salburua.

Protocolo, el mismo que en el último test: 10x1k, con 1’30 de recuperación entre impar (ida) y par (vuelta) y 2’15» para el cambio de plantillas y zapatillas.

La sensación corriendo con las Next%  en comparación con las Zoom Fly, es la misma que cuando probaba las ZoomFly respecto a zapatillas convencionales… Ir pisando huevos.  Pero lo peor es que se me cargaba el tensor de la fascia lata y me notaba muy desequilibrado. Como si no fuera capaz de lanzar recta la pierna hacia adelante. porque ya salía torcida por hundirse demasiado con la espuma.

Pero como este blog es de números y no de sensaciones, aquí van los resultados.

A primera vista, aparte de que no estuve demasiado fino manteniendo los ritmos, no soy capaz de sacar ninguna conclusión. Si hago los promedios de todas, excluyendo las dos primeras como en los test anteriores donde se ve que estoy bastante más «fresco», las Zoom Fly me salen algo más rápidas, pero se ve que en la tanda 2 apreté de más, por lo que no es concluyente.

 

Así que reduzco un poco la muestra para quedarme con las más constantes (5,6,7,8):

 

Como no termino de verlo claro, he puesto lo he llevado a una tabla de dispersión, donde sigo sin ver nada relevante.

Y ya a la desesperada, emparejo cada tanda en el orden realizado. Hay una ligera ventaja para las Zoom Fly, pero nada concluyente ni tan claro como se pudo ver en las pruebas anteriores.

 

Conclusión: pues que como no era capaz de sacar ninguna conclusión con esta prueba, y aprovechando que Alberto me lo permitía, había que repetir.

Decidí cambiar de protocolo y ubicación: series de 2000m para que la fatiga también sea relevante en la vetusta y descuidada pista de atletismo de Mendizorrotza.

Lo que pensaba que iba ser una ventaja, (entendía que en la pista todo iba a ser más controlado), al final se volvió una desventaja gracias a la «amable» encargada de esta instalación municipal y sus ridículas reglas. El mismo «reglamento» que prohíbe correr sin camiseta, independientemente de la temperatura, estando en la misma instalación en la que tienes una tía tomando el sol en topless a 5 metros, no me permitía correr por las calle 1 y 2, en la que sólo podían correr los federados en atletismo (UNO en ese momento, Alberto Alba, a quien conozco personalmente y nos estábamos entendiendo de maravilla). Bueno, pues corres por la 3, y ya está. Claro, pero entonces llegas a contrameta y te encuentras con unos chavales saltando vallas en las calles centrales y tienes que irte a la 1…  Visto el panorama, intenté hacer todas las vueltas exactamente igual, media pista por la calle 1 y media pista por la 3. Pero cuando estás buscando diferencias de 1-2 segundos/km…Bueno, es lo que hay. Lo siento por los que estuvieran esperando un experimento super-preciso. Tras algunos cálculos del radio de la curva y haciendo algo de caso (poco) al Garmin, he estimado una distancia de 2050m.

Los resultados son los siguientes:

Como siempre, elimino la primera y hago los promedios de las restantes.

Teniendo en cuenta que las Next iban al final, no parece que haya nada relevante.

He repetido la gráfica de dispersión, y como en el 10x1k, no se puede sacar nada, porque cada una está en un extremo:

Conclusión: en mi caso, a mis ritmos y con mi técnica de carrera, no hay diferencia medible. En mi opinión, era lo esperado. Lo que ayuda en el impulso, en la velocidad, en llegar más lejos con el mismo esfuerzo, es la placa de carbono. La espuma, probablemente ayude en la amortiguación, pero no en el impulso. ¿Que reduce la fatiga? Puede ser. Pero yo no lo puedo medir.

En mi caso, no tengo ninguna intención de hacer una maratón, como he dicho, me resulta mucho más cómodo y natural correr con las Zoom Fly, así que voy a seguir con mis dos pares (¡¡el segundo comprado al 50%!!).

Me queda la duda de cómo me irían las Zoom Fly3, que creo que mejoran el ajuste de la parte delantera del pie y eliminan el recalentamiento del pie (yo no lo he padecido) y la excesiva absorción de agua (tampoco). Pero no creo que corran más, y para triatlón, principalmente por el tema de la lengüeta, creo que las Zoom Fly 2 son la mejor elección por el momento.

Cross Popular San Esteban (Tolosa). 4º puesto.

Este año he cambiado un poco el enfoque de la pretemporada de triatlón, y quiero correr más en otoño, como hacía hace años, lo que necesariamente implica quitar algo de lo demás, en este caso, natación. Desde luego, sin abandonarla. Estos últimos años he visto que alcanzaba mi mejor forma nadando en febrero y luego me costaba mantener (no lo conseguía) hasta mayo-junio.

Así que hace 4 semanas, me puse a correr. ¿Cuánto es eso? Pues bueno, correr 2 horas/semana durante con cierta continuidad. Algo que no he hecho en los últimos años.

Total, que además de entrenar, quiero competir más. Teniendo en cuenta y mucho cuidado con que cada vez me cuesta más recuperar, pero no quiero quedarme con la sensación de pasarme un año entrenando para hacer tres o cuatro carreras.

Así que el sábado comencé mi temporada y me presenté junto con Rober Albir, que siempre hace los viajes más entretenidos, en una de las carreras que más me gustaban hace unos años: El cross popular del barrio de San Esteban, en Tolosa. Una carrera de barrio, de pueblo, de las que me gustan. Respecto al último año que corrí (2008) el circuito era de 8km en lugar de 10 y más llano. Coincidiendo con el Cross de las Tres Playas y la carrera de Asier Cuevas en Eibar, se esperaba a los del pueblo y alguno más. Aunque los del pueblo (y alrededores) no son precisamente cojos, el objetivo era hacer un bueno puesto, y olvidarme de marcas.

Antes de la salida, se realiza un emotivo homenaje a Ibon González. No le conocía personalmente, pero veo a la que supongo que es su mujer y un par de niños llorar y no puedo evitar hacerlo yo también. Desde que soy padre, estas cosas me afectan mucho. Decido que si hago podio (complicado), a final de la carrera iré donde ese niño con la camiseta de la Real y le diré unas palabras en recuerdo a su aita. Así que con una motivación más, me coloco con Iñaki Insausti que ya me informa de que está «el bueno del pueblo» (Unai Arroyo, sub15 en 5k). Vale. Una vez que ya sé que no gano, localizo a Regillaga (ganador del año pasado y que también me dicen que está entrenando bien), al lado mío. También sitúo a Mujika, que se pone algo más atrás. Bueno, a ver qué pasa.

Se da la salida, y uno que creo que no es del pueblo sale como un tiro.

No parece un ritmo sostenible. Mantengo la calma y me emparejo con Regillaga, mientras que el crack del pueblo pasa a tirar.

Regillaga se pone detrás y yo a su estela. Una salida ligeramente cuesta abajo, con viento de culo y la adrenalina de mi primera carrera, hacen que a pesar de descolgarme del crack y Regillaga  pase el primer kilómetro en 3’02… A dónde vas, Dieguito??? Bueno, supongo que el ritmo irá cayendo poco a poco. Al paso de la primera vuelta pequeña voy tercero, se me siguen yendo pero parece que he abierto un hueco de unos 5-10 segundos con el grupito perseguidor.

Me veo cómodo, pero está claro que eso no puede durar mucho. Y efectivamente, tras pasar el 2º km a 3,13, en el km3 ya estoy en 3,24″ y 178 ppm de pulso… Pues nada, a aguantar ahí. Pero en el giro de casi 180º del km 4 veo que el grupito está cerca… Y en el km4, con el pulso a 180 ppm, algo dando vueltas en mi barriga y un par de subiditas, ya empiezo a desear con todo mi alma que la carrera termine… La primera parte de la carrera me ha resultado un poco fea y tengo esperanza de que el final transcurra por medio del pueblo, con más gente y, sobre todo, más protegido del viento. Parece que va a ser así. Pero esto, al final, se vuelve en mi contra. Oigo muchos ánimos a un tal Hassan, que debe ser el 4º, y al que cada vez oigo más cerca. En la mayoría de cruces hay voluntarios, pero deben de pensar que todos nos sabemos el recorrido, porque no dicen a dónde hay que ir y tengo que buscar a Regillaga con la vista en cada uno de ellos. Hasta que en uno falta el voluntario en cuestión, me quedo casi parado decidiendo hacia dónde ir, hasta que desde una ventana me gritan que tengo que ir hacia el lado contrario que mi instinto me decía (a 182 ppm la cabeza ya no me funciona y el sentido de la orientación se me perdió hace por lo menos 2km) … Mierda puta. Son sólo un par de segundos, igual ni eso, pero ya tengo a Hassan en el culo y termino cediendo. Sé que me iba a coger igual, pero que sea así me da rabia y me ofusca un poco.

Intento ponerme a su estela, para quitarme el viento, pero pierdo dos o tres metros que ya me creo que me van a resultan irrecuperables y empiezo a resignarme a quedarme, otra vez, a las puertas de un podio.

Veo a Julen Sagastibeltza y Ander Lazkano, que se sorprenden de verme allí pero me animan, lo suficiente como para intentar arrimarme un poquito más, acordarme del niño de la camiseta de la Real y lanzar un sprint a la desesperada, pero que enseguida veo que no va a servir de nada, paro un poco y empiezo a chocar las manos de los niños.

Al final 4º en meta, sin podio, ni queso, ni ropa en el infinito sorteo de Shanti Kirolak 😦

Pero bueno, ritmo promedio de 3’20/km. Promedio que es un poco engañoso, primero porque si hago el promedio exceptuando los 2 primeros kilómetros, se me va a 3’24, y segundo porque he corrido con las Zoom Fly, lo cual desvirtua un poco las comparaciones con otros años. Al hilo de esto, hice un recuento rápido en la salida y entre Zoom, Vaporfly y Next, había más de 10 entre los 20 primeros. Lo que ha pasado de ser una ventaja si llevabas alguna de estas zapatillas, ahora mismo es un desventaja si no las tienes. Esto es así. Nos guste o no.

El resultado de todo esto es que hice las 5 millas (8km) más rápidos de mi vida. Este dato que da Training Peaks es algo engañoso también porque los anteriores registros son en carreras de 12 y 10 km, pero a 3’25/km. O sea, que creo sí puedo decir que estoy más o menos al nivel de 2014. Que no es poco para un viejuno de 41 años, ex-pubálgico, con 5 semanas de entrenamiento  y por lo que estoy muy contento y animado para seguir así, por lo menos hasta diciembre.

Como se ve, me he venido arriba y la siguiente prueba será este mismo domingo: 10k (homologada) en Donosti, con el objetivo de bajar de 34 minutos, que es algo que tengo en la cabeza desde hace bastante tiempo. Veremos si lo consigo.

Test Nike Zoom Fly 2 (iii)

Como los resultados de los test que estoy haciendo a zapatillas últimamente parece que tienen cierto sentido, este tipo de entrenamientos me vienen bastante bien para forzarme a hacer algo de series y me quedan variables por probar, le he dado otra vueltilla a las Nike Zoom Fly. (Ahora que ya están a la venta las Zoom Fly3, voy a especificar que son las 2, las de «upper» tipo calcetín).

En este caso, lo que pretendía ver era si el tipo de superficie del suelo influía o no en la mejora del rendimiento de estas zapatillas respecto a las zapatillas «convencionales». Supuestamente, si el suelo es más duro, primero, la espuma va a hacer más efecto en el amortiguamiento, y puede que el efecto catapulta de la placa de carbono se incremente por doblarse algo más.

Así que la semana pasada, repetí el protocolo del test en cuanto al número de repeticiones (5×2) pero he cambiado bastantes cosas:

  • Lugar: dos rectas en casi ángulo recto en Salburua, por el bidegorri (bien apartado a la derecha para no molestar a las bicis). O sea, asfalto.  Los 1000m están marcados en el suelo. Aunque coincide perfectamente con el GPS, me guió por esta marca y así me aseguro de que todas son iguales. Estamos midiendo diferencias pequeñas, así que un par de metros son relevantes. Esta zona no me gusta mucho para esta prueba porque está más expuesta al viento N, pero la tarde estaba bastante tranquila. En cualquier caso, dentro de cada tanta de dos, hice una en un sentido y la siguiente en el opuesto.
  • Duración: 10x1k. Paso de 702 a 1000m. Puede parecer que no, pero es diferencia. Y creo que es la primera vez en mi vida que hago 10.
  • Recuperación: Como tampoco es que esté en forma ni mucho menos (llevo 3 semanas corriendo), tengo ritmo, pero necesito más tiempo de recuperación para intentar mantenerlo según van pasando las repeticiones. Así que pasé de 1′ a 1’30 entre tandas con las mismas zapatillas, y de 1’30 a 2 minutos con el cambio de zapatillas (incluye acercarme al coche abrirlo y ponérmelas) Y aún así, ya se va a ver que no fui tan constante como en el Prado.

Para un entrenamiento así de exigente, y visto que no había mucha diferencia de tiempos entre las Boston 6 y las Brooks T7, opté porque las competidoras de las Zoom Fly 2 fueran las Boston y proteger algo más mis piernas.

Bueno, al resultado:

Como se puede observar tanto en la tabla como en la gráfica del pulso, me costó un poco coger el ritmo al principio. Había estado por la mañana en el gimnasio, y aunque tampoco es que me esté matando a meter peso, la falta de costumbre me hace tener los aductores un poco tiesos y me costó soltar.


Por otro lado, se puede ver bastante claro, tanto en ritmos como en el pulso, que la segunda serie de cada tanda siempre es más lenta. Y no es el viento. Simplemente se me hacía largo.. o Estaba menos fresco. En cualquier  caso, las Nike siempre más rápidas. Y casualidad o no, la diferencia de la segunda a la primera serie, siempre es mayor en las Boston que en las Nike. (3,7 y 5,0 seg vs 3,0 y 3,2). ¿Menos fatiga? A tener en cuenta para las siguientes.

 

Como resumen de los números: siguiendo el esquema de los test anteriores, y más en este caso por lo comentado de la primera tanda, descarto la primera tanto con las Nike, y promedio las 4 últimas con cada zapatilla::

 

Con lo cual, más o menos se repite el resultado del primer test con las Boston 6. 2,4 segundos/km de diferencia para el mismo pulso con una zanzada 1,8 cm más larga con las Nike.

Conclusión: o la superficie no es tan relevante, o el Prado no es especialmente blando (que puede ser porque es una tierra muy prensada). En cualquier caso, la mejora es relevante.

En cuanto a sensaciones de carrera: creo que sí que los cuádriceps se me resienten menos al final de cada serie con las Nike. Por otro lado, mientras que con las Nike siento tengo que bracear para llevar el cuerpo más controlado y aprovechar mejor el impulso, con las Boston tengo que bracear con más fuerza para intentar alargar la zancada.  Creo que se nota lo importante que es para mí el braceo en la carrera, ¿no?

En mi opinión, con estas zapatillas ya no queda mucho más que probar, por lo menos, con mi condición física actual. Sería interesante unos 2k, o 3k… Pero es algo que ahora no puedo hacer. Así que esta semana intentaré probar «lo siguiente» 🙂