Duatlón de Ermua. Análisis

Esta vez, debido al “percance” de la salida, no hay mucho que analizar. O por lo menos, no se trata de un análisis cualquiera, aunque de todo se puede aprender. Por ejemplo, que puedo correr 1 kilómetro por debajo de 3’/km, y 5 a 3’15” (aunque la media queda trampeada por el sprint del primer kilómetro), sin que al coger la bici me caiga al suelo desmayado. Otra cosa es que acierte a la primera a subirme a la bici, pero bueno, eso casi nunca pasa.

Los watios: media de 247 y 281 normalizados, con 169 ppm de media. No son muchos. Más o menos lo mismo que hace un par de años. Pero creo que la situación de carrera, tanto por el calentón del sector 1, como de los grupos en la segunda vuelta condicionaron mucho todo.
En la primera vuelta apreté hasta enganchar con el primer grupo. Después del susto de la bajada de San Pedro, cuando ya nos agrupamos, no tenía mucho sentido seguir apretando. En el comienzo de la segunda subida parecía que nos acercábamos al siguiente grupo, pero al final, desistimos. Y de nuevo, en la bajada hacia Ermua, me relajé algo para intentar entrar en meta primero de mi grupo en el último sector. Algo que al final conseguí.

En una carrera con drafting, creo que no se trata de ir a hacer el máximo número de watios, si no de usarlos cuando hace falta para llegar cuanto antes a meta. Tal vez, podía haber apretado algo más en la segunda subida. Pero eso lo digo ahora en frío. Si no lo hice, será porque no pude.
Las dos subidas me salieron a los mismos watios.(3km, a 309w). De todas formas, noto mucho en los duatlones que las piernas no van tan frescas en la bici como en los triatlones, y eso se traduce en unso 20W menos.

Último sector: con cabeza y de menos a más. Coger al primer grupo en 2,5 km era imposible. Así que fui poniendo las piernas en su sitio para coger a los míos y poder atacar al final. Si en el primer sector les recorté 30 segundos, en este también podía correr más que ellos tras haber acabado entero la bici. Pude correr a 3’20”.

Así que quitando la gilipollez de la salida, (en la que asumo mi parte de culpa, pero no toda) con la carrera en sí, estoy contento. Me sobrepuse a una situación más que negativa y con mucho corazón y bastante cabeza conseguí un puesto decente.

Duatlón de Ermua.Crónica.

No corría un duatlón desde hacía dos años, en Corella, y un duatlón del circuito vasco desde hacía tres en Azkoitia. Así que, como ya escribí en la previa, aunque la carrera no estaba en el calendario previsto y no cambié nada en el entrenamiento de la semana porque fuera a correr el sábado, los preparativos previos sí que los mimé: me imprimí en color el dossier técnico de la carrera, me lo estudié a conciencia, me saqué el recorrido en bikemap y decidí poner el piñón 27 para subir al alto de San Pedro, limpié y engrasé bien la bici, puse las cubiertas de “competi”, la víspera salí a soltar suave para volver a hacerme a la posición de la bici de carretera y el sábado por la mañana estuve ensayando durante un buen rato el salto de la rana con gomas recién compradas en el chino.

Retrasé la comida hasta 4 horas antes de la teórica hora de salida, previendo que se iba a salir a muerte y sabiendo que corro fatal con el estómago lleno. Así que arroz integral con nueces, pasas y crema de cacahuete, una tila y a dormir un poco antes de salir.

Fuimos en mi coche Aritz, que sería una de mis referencia en la carrera a pie, Dieguito y Borja como animador del viaje. Llegamos a Ermua y damos una vuelta al circuito en coche. Tremenda la subida, y peligrosa, aunque no difícil, la bajada.

Hasta aquí, de manual.

Empezamos a calentar, y me encuentro pesado y con la boca muy seca. Me dicen que las salidas son separadas. Esto no venía en el dossier, así que empiezo a preguntar. A qué hora se sale? Tengo respuestas para todos los gustos, cuando pase la última chica, a las 17.20… Vemos pasar a las chicas en la primera vuelta y cuando pasa la 11, viendo el ritmo que lleva, pienso que le va a costar un huevo dar la segunda y me marcho a calentar un rato más. No muy lejos. No más de 200metros, pero para cuando vuelvo, en la esquina en la que estábamos ya no queda nadie… Y cuando miro en la recta de salida, veo a los últimos desaparecer al fondo… No me lo puedo creer… pero si no han pasado ni dos minutos desde que me he marchado de ahí!!! Veo a 3 ó 4 más en mi situación, y salgo como un loco persiguiendo al pelotón preguntando retóricamente a los jueces qué hostias ha pasado.

Secuencia del momentazo: Cuando el reloj marca 14.23 se empieza a montar la salida.

Cuando marca 14.36 (13 segundos después), salen los chicos.

Cuando marca 15.05, un despistado con cara de pánico y buscando en el infinito al pelotón y otro al que la situación parece que le hace mucha gracia pasan por debajo del arco de salida.

A esa velocidad, todavía me pasan muchas cosas por la cabeza, retirarme ya, que he venido a Ermua para quitarme la espina de Valencia y la he cagado nada más empezar, buscar un sitio donde poder recortar para hacer un poco de justicia… Por supuesto, no hago nada de esto, y sigo corriendo y adelantando a gente que se tiene que estar preguntando, qué coño hace este tío… me cuesta un rato, pero empiezo a rebasar a los chavales del equipo… Tengo la sensación (luego confirmada), de que nunca en mi vida he corrido tan rápido. Ni pienso en la bici. Sólo en llegar lo más adelante posible cuanto antes.

Al paso por meta en la primera vuelta, Jon Alegría al micrófono, me nombra (joder, ya soy un histórico del circuito vasco…) y dice que estoy haciendo una remontada espectacular.. Encima se ha quedado todo el mundo con mi “hazaña”. Lo que hay que hacer para llamar la atención de los sponsors!! Pero lo cierto es que estoy cada vez más delante y ya veo a Aritz Uriarte, que evidentemente va conservando (si no, no lo cojo ni de coña). Así que más o menos en el km3.5, van los tres primeros por delante, después el grupo de Bizkarra y De Goñi , y luego ya nosotros. Bueno, por lo menos estoy en carrera. Un grupo más atrás del objetivo, pero en carrera. Ahora el objetivo es quedar lo más delante posible para ver si por lo menos hacemos algo por equipo. Los de delante son inalcanzables, así que hay que hacer buen tiempo, y quedar el primero de mi grupo.  Así que para cumplir lo primero, me pongo a tirar tras unos segundos de respiro.

Llegamos a la T2 Aritz y yo los primeros del grupo. Tenemos las bicis juntas, pero nos las pasamos, por poco.

Cogemos bici y justo cuando voy a hacer el salto de la rana uno de los jueces empieza a gritar… No sé si es a mí pero me da un susto considerable, me desconcentra y fallo. Por lo menos las gomas chinas (de 80mm) no se han soltado, así que lo vuelvo a intentar, esta vez con más éxito y arranco.  Para variar el grupo se me ha marchado, pero me veo con fuerzas. Voy regulando y me pongo como objetivo enganchar antes de empezar la parte dura. Lo consigo y me resguardo atrás. Llega el famoso cuestón del alto de San Pedro (+17%), y veo que llevo ya metido el 27 sin haberme dado cuenta… Y de que eso no se va a poder subir sentado, porque hasta se levanta la rueda delantera. Así que rezo por mis gemelos y porque las medias de Compressport funcionen y me pongo de pie. Bien. La gente va atrancada, así que me busco un hueco y remonto.

Empieza la bajada (-14%). Me pego a la derecha para no estorbar a los kamikazes. Sólo son tres curvas y no son difíciles si frenas a tiempo en la última. Cuando llegamos a ésta ya huele a goma quemada, y alguno de los kamikazes empieza a derrapar y hacer chirriar sus frenos, (lo que siempre da un mal rollo de espanto). He decidido bajar con las manos en las manetas en lugar de abajo, y todavía no sé porqué, cuando empecé a frenar, mi horquilla comenzó a vibrar como si hubiera entrado en resonancia y eso no había quien lo parara. Así que voy buscando un tramo verde blandito en la cuneta donde caer sin mucho hacer mucho estropicio… aunque al final, tampoco entiendo cómo, la bici frenó, y recuperé la trayectoria. Así que otra vez a remontar. Aprieto en la zona del polígono. Esto es llano y es lo que sé hacer bien. Nos cruzamos con Bizkarra, que ya se ha separado, y la verdad es que no nos lleva mucho. Nos hemos quedado 6. Me pongo a tirar y ver si conseguimos relevarnos algo. No es muy eficiente (unos hacen largos, otros cortos), pero por lo menos no nos paramos y da tiempo a respirar un poco, que ya va siendo hora.

Pasamos por el centro de Ermua muy rápido, (está muy guapo lo de los circuitos urbanos en los pueblos a pesar de los badenes)y de nuevo a subir. Tenemos a alguno de los kamikazes delante. Pero pienso que cogerles para volver a perderles en la bajada es un poco chorrada, así que sigo tirando pero sin volvernos los locos.

Volvemos a bajar. Esta vez cambio la táctica, agarro el manillar desde abajo y empiezo a frenar algo antes.. Sin problemas, aunque he vuelto a perder un poco, esta vez es más fácil recuperar. Me encuentro mucho mejor que en la primera vuelta, así que organizamos un poco el cotarro, y bajamos rápido otra vez. Entro al pueblo segundo, para no ir de conejillo de indias el primero, pero tampoco descolgarme.

Me bajo de la bici como puedo, y con pasitos cortos y rápidos, corremos por boxes.  Zapatillas y para afuera. Otra vez nos han adelantado, pero le digo a Aritz que les cogemos seguro. Nos cuesta un poco más de lo previsto, pero les cogemos aunque no les descolgamos. Nos cruzamos con el primer grupito.. No estaban tan lejos.. me caguen to’… Pero bueno, última recta y cuesta abajo. No suelo hacerlo, pero esta vez sí. Sprint y primer puesto del grupo, aunque casi me dejo el corazón en el intento.

Un par de gritos de rabia y ya está. Estoy que no me tengo. A partir de ahora, a contar la batalla y sonreir. Esta vez tampoco ha salido el puesto que creo merecía, pero por lo menos he podido ir rápido y sufrir a gusto.

Al final, puesto 16. Casualidad, que en esta carrera no había chip, por lo que los 30 segundos que perdí (ya no hablo de cuentas de la lechera o de si iba a ir con éste o con aquel), tampoco aparecen en ningún lado.

A pesar de todo, es mi mejor puesto en una carrera del circuito vasco, aunque tampoco había muchos participantes. Esto es lo que queda. En el momento pensé en correr otra (Durango o Gernika), pero a este paso voy a acabar corriendo en Cantabria, así que casi que me voy a conformar con esto y dejarlo pasar.

Y cómo no, lo mejor del día: también a pesar de todo, subir a las cajas blancas con numeritos con Aritz y Dieguito.

 

 

 

Duatlón de Ermua.Previa.

No entraba en ninguno de mis planes, pero el sábado correré mi primer duatlón después de dos años. Había pensado correr en Alsasua, pero como la gente mi equipo irá a Ermua, pues será en Ermua.

Un sprint  y con cuestas de hasta el 17%… Casi nada. Pero bueno, que me da lo mismo. Sólo tengo un objetivo. COMPETIR. Ir allí con mis compañeros de equipo que se han animado, echar unas risas, y dar todo lo que pueda. No me voy a preocupar ni de watios, ni de pasos por kilómetro, ni nada. Por supuesto que todos los datos los grabaré y los analizaré posteriormente, pero en carrera, lo único que quiero es sentir que estoy dando todo lo que puedo. Tener esa sensación que no pude tener en Valencia.

Si todo sale bien, genial. Y si la cago en una transición, o peto corriendo, o trazo mal una curva y o pierdo tiempo bajando, no pasará nada. Me cabrearé, pero me iré satisfecho de Ermua. Necesito volver a tener esa sensación, y cuanto antes la tenga, mejor.

 

Más de pulso y potencia.

Hace no mucho, ya escribí que mientras  que el año pasado el objetivo era hacerme a la distancia ironman, éste año el objetivo principal es  ir rápido en un C, con varios medios ironman por medio. O sea, que pasamos de intentar acabar entero 180 km a dar todo lo que pueda  en 90-120 km y bajarme a correr no demasiado tocado. Por lo tanto, creo que la forma de entrenar tenía que ser un poco diferente.

El sábado pegué una petada creo que única en lo que llevo entrenando en esto, que me ha hecho pararme a reflexionar si las cosas iban por donde tenían que ir… Hace un par de meses tuve un amago parecido (con Iván Gil como principal culpable), pero me retiré antes de que la cosa fuera a mayores.

Ayer hicimos la vuelta a Igay, con mucho viento sur, pensando en volver algo más fácil. Fue más o menos bien, hasta llegar a Zaldiaran y ver que ya no iba, pero subí manteniéndome digno… Había salido con sólo una barrita (de 80g) y dos bidones de IsoEnergy.  Entonces llevábamos 3 horas, que es lo que suelo entrenar y 203 watios promedios (con 237 normalizados , este valor no lo sabía). O sea, cañita. Tenía previsto alargar un poco más, y como sabía que Ibón Gabilondo y Ele Aguado irían, pues me puse a rueda. Pensaba que iba a ser un pequeño alargue por Cerio, pero de repente se pasaron el cruce y siguieron hacia Egileta. Al verlo hice SPRONCH… Se acabaron las fuerzas y se acabó todo. La barrita me la había comido en Berantevilla (kilómetro 60) y no podía ni acercarme a ellos para pedirles comida. Esto es la crónica de lo que a la gente le suele gustar llamar pájara.

A lo que quiero llegar, es que además de que hay que salir con más comida por si acaso (llevaba 10 euros pero no encontré ningún sitio donde parar), este año estoy entrenando más o menos los mismos kilómetros pero más intensos, y cuando estás tan cerca del límite, es muy fácil pasarse.

Independientemente de los valores de las series de 10 y 20 minutos que he hecho durante este año, que ya he visto que eran sensiblemente mejores que los del año pasado, los promedios de watios de los entrenamientos en general, también eran mejores. La conclusión inmediata sería decir que es que voy mucho mejor.

Es aquí, cuando de nuevo el pulso, el corazón, lo que hace mover las piernas, da más información. Aprovechando el día de descanso que me he tomado para recuperarme, he recopilado datos de entrenamientos con la cabra de entre de 2’5 horas y 4 horas de la temporada pasada y de lo que llevamos de ésta. He dividido los datos en tres tipos los puntos:

-entrenamientos de cuando iba con el manillar bastante bajo (hasta agosto 2011)

-entrenamientos entre agosto y octubre de 2011 con el manillar más alto.

-entrenamientos  2011-2012 con la misma configuración que en la anterior.

 

Se ven claramente varias cosas:

a) en cuanto subí el manillar y adelanté el sillín (cambio de posición cabra), bajó el pulso para los mismos watios. Puntos rojos encima de los azules.

b) que la intensidad de este año es bastante mayor que la del año pasado (en pulso y en watios). Puntos verdes arriba y a la derecha.

c) que a igualdad de pulso, sí que los watios están un poco más altos. (BIENNN!!!!!). Puntos verdes a la derecha de los azules.

Pero hay algún razonamiento que había hecho de cara a Valencia, que creo era erróneo: “si el año pasado entrenaba a 200wnormalizados y luego me salían carreras a 225, éste año me tienen que salir 240 con la gorra, porque estoy entrenando a 220w”.

No sé lo que podría haber pasado en Valencia sin el viento, pero no creo pudiera haber llegado a 240w, ya que en la primera hora (cuando todo iba más o menos normal) iba a 237w… (todo lo que estoy poniendo hoy son normalizados). De hecho, el sábado hice 237 en 3 horas, pero estaba que no me tenía, aunque el viernes también me había zurrado (80km 230wnorm). El error está en olvidarse del pulso. La exigencia que le pido a mi cuerpo en cada entrenamiento no es la misma éste año. Eso me lo dice el pulso y lo tengo que tener en cuenta en mis previsiones de watios de carreras.

Eso no quiere decir que tenga que ir más bajo. Si acostumbro el cuerpo  a ir a 155ppm, luego me será más fácil mantener en carrera pulsos más altos. Y por otro lado, si quiero subir la potencia en 2-3 horas, la forma de hacerlo es entrenando a watios más altos, para lo que de momento, tengo que ir a ese pulso.

Resumiendo: que los entrenamientos van según lo previsto, pero que son diferentes a lo que he hecho en los últimos años y lo tengo que tener en cuenta (tanto en la alimentación, como en la recuperaciones, como en las extrapolaciones de datos a carreras).

 

Cpto España Media Distancia. Valencia 2012. Análisis.

Han pasado los 3-4 días de rigor para hacer un análisis frío de la carrera, aunque con la de vueltas que le estoy dando no sé si habrá conseguido enfriarse del todo. Pero bueno, cuanto antes lo haga, antes paso página.

Natación
Lo más importante: por fin he conseguido nadar en 1.30 en aguas abiertas. Ni sé cuánto tiempo llevaba intentándolo, pero por fin ha llegado. Sabía que en piscina tenía una mejora de entre 5 y 6 segundos el 100 en tandas largas, pero no creía que fuera a ser capaz de trasladarlo a la competición, sin referencias de agujas de colores en la pared ni el sportcount en mi dedo. Pero lo he conseguido!! (para algo que me salió bien, voy a regocijarme un poco en esto..)
Supone entre 1’30» y 1’45» en 1900m, lo que me coloca a 5 minutos de Sudrie, 3.30 de Blanchart y Unanue, y un minutito de gente más conocida para mí como Rozas o Aimar.
Esto significa que aquí sí voy en el buen camino. Que es cuestión de seguir insistiendo y que como consiga tirar bien con el brazo izquierdo (con el neopreno todavía lo llevo peor que en la piscina) en los sprints voy a poder salir en puestos que nunca me había imaginado. (Manda huevos que estemos en marzo y ya parezca que he cambiado el objetivo de larga a corta).

Ciclismo
Difícil análisis.
Hasta el kilómetro 30, fui acoplado y a 230w más o menos estable dentro de lo que me permitió el dorsal 30, poniéndome de los nervios, sin importarle ni los conos ni mucho menos la distancia de drafting, cada vez que nos pasaba alguien. Con el pulso algo alto, pero bajando. Por debajo de 240 que era el objetivo (probablemente demasiado ambicioso), pero con la sensación de que podría mantenerlos.

Luego todo se torció. Desde el 30 al 80 no pude acoplarme ni un momento. Normalmente, puedo ir a 240-250 incorporado sin muchos problemas (con un CdA mucho peor, claro), pero el puñetero viento y mi rueda delantera no me lo permitían. No sólo iba lento, si no que tampoco podía meter watios y la tensión hacía que tampoco pudiera bajar el ritmo cardíaco (se ve en la gráfica que va bajando pero no pasó de 145 ppm).A partir del km80, ya me acoplé de nuevo, y aunque me dio la impresión de que metía muchos más watios, sólo estaba en 215w. Probablemente porque ya tenía la cabeza en la media maratón y porque con tanta rotonda y municipales despistados, autobuses y coches tampoco se podía ir demasiado rápido.

Conclusiones que puedo sacar aquí:  independientemente de la cagada de la rueda, hay que seguir metiendo caña a la bici y a sobre todo a las series de 20-30 minutos a ritmo de crucero, pero cuidando más el tiempo de recuperación (ahora no lo hago en largas). Las mismas que la A-3012 me ha visto hacer, pero más serias. Así que hay que sacar a entrenar el perfil de triatleta insociable, y centrarme en lo que tengo que hacer. Éste es el sector que importa. Por otro lado, en los 30 primeros kilómetros me dieron pasadas que son «inadmisibles» (la palabra del finde:) por muy buenos que sean.

Podría hacer estimaciones de lo que perdí por culpa del viento, pero no lo voy a hacer. No me va a llevar a ningún sitio. Sólo tengo que preocuparme de que no vuelva a pasar

 

Carrera a pie.

Ya he visto que puedo correr a 4 y llegar medianamente fuerte. Quitando el segundo de los giros, donde me paré a beber el agua porque si no iba a acabar vomitando con los gases que llevaba, el resto fui bastante constante, con el decremento lógico que se produce tras los 7-8 primeros kilómetros en los que intenté arriesgar algo por vergüenza torera, pero enseguida vi que no podía remontar prácticamente nada.

Así que el objetivo es correr más rápido. Por lo que aquí también, series largas al canto (reduciendo los rodajes al mínimo) y de nuevo prestando atención a las recuperaciones. Tengo referencias de sobre de series de 1000, 2000 y 3000. No creo que tenga mucho margen de mejora aquí: 2 ó 3 minutos como mucho, pero bueno, de nuevo todo suma (en este caso resta), y para las carreras cortas, que también están en el calendario, me vendrán bien.

 

 

Cpto España Media Distancia. Valencia 2012. Crónica.

Los que ya sepáis cómo me ha ido en Valencia y me conozcáis un poco, supongo que os haréis idea de las ganas que tengo de escribir crónicas, análisis, etc.. pero hay que estar a la duras y a las maduras y sobre todo, aprender, y seguir aprendiendo de los errores, así que lo dejo escrito en mi diario, y así igual se me quedan las cosas en la cabeza… aunque ésta me parece que me va a costar olvidarla.

Fuimos a Valencia el viernes. Buena paliza de viaje después de salir de trabajar aunque con buena compañía estos viajes siempre son más agradables. Ele y María nos acogieron en Alcasser como si estuviéramos en un hotel de 6 estrellas de Abu Dabhi.. Muchísimas gracias!!

El sábado, paseíto por el circuito con todo el material de carrera. Una hora, con unas sensaciones muy malas para sólo 150w. Lo habitual en víspera de carrera y después de un viaje. Ya no me preocupo por estas cosas.
Durante el reconocimiento, vimos que andaba bastante aire cruzado, pero ni me planteé cambiar de rueda para la carrera, porque me pareció que era bastante aguantable.
En ese momento ya fue cuando empecé darme cuenta de que al día siguiente había carrera. Hasta entonces, no me había hecho a la idea.

Después, visita turística por Valencia, mascletá (estos valencianos están majaretas)

y arroz a banda en Picassent.

Tras descansar un rato, vuelta a Valencia y a boxes, para atender a clientes (vaya estrés) y dejar la bici en su sitio.

El domingo, me levanto bastante nervioso. Llegamos a boxes con tiempo, pero necesito buscar un baño, sólo hay una asquerosa letrina y una cola en los baños inasumible. Así que busqué una solución de emergencia que no voy a detallar aquí..

Me pongo el neopreno y busco unas manos amigas que me pongan la cremallera. Le toca el turno a Iván Gil, que no mete bien el inicio de la cremallera y al bajarla… Momentazo!! “Uy, Diego, se te ha abierto la cremallera…” Sudores fríos en ambos, aunque decimos que no, que estamos tranquilos. Menos mal que está Rober por ahí, que con nervios de acero, consigue soltar la cremallera y ya volvemos a ponerla, esta vez bien.

Hay bastante caos en los momentos previos a la salida y al final, decido a tirarme al agua antes para ver lo fría que está. Fría de cojones. Duele la cara… Así que salgo rápido, ya que no voy a ser capaz de calentar.
No se llama por dorsales ni nada. Todo el mundo se tira al agua, se suben encima de la corchera que marca la línea de salida y sin dar aviso, bocinazo.

Para variar, me pilla en Babia, aunque tampoco tenía intención de salir en primera fila. Arrancamos sin saber muy bien a dónde hay que ir, porque no se ve la boya por ningún lado.. Así que nada, a pies, darle caña para entrar rápido en calor y a demostrar que he mejorado nadando.
Voy nadando más o menos en grupo, pero abierto para evitar golpes. Bastante relajado. Cuando se hace el giro de 180º por fin me hago una idea de por dónde hay que volver. Veo que tengo un grupo delante, pero que van siguiendo a una piragua haciendo el recorrido más largo, así que me arrimo al muelle para recortar y les adelanto. Ahora que se ve la salida, meto algo de pies y aprieto un poco para salir calentito del agua.

Salgo de la rampa con bastante más agilidad y fuerza de lo habitual y subo como un tiro.

Hay un montón de bicis!! Llevo los pies bastante fríos y había pensado en el agua ponerme los calcetines en la T1, pero al llegar a la bici me doy cuenta de que estoy bastante mareado y voy a perder un montón de tiempo, así que me pongo el casco, cojo la bici y salgo.
Sigo mareado así que el salto de la rana es bastante torpe, las gomas se sueltan, pero consigo ponerme las Specialized de tri “nuevas” sin ningún problema reseñable (mucho mejor que las Diadora).
Llevo el pulso alto, como siempre, así que intento ir cogiendo un ritmo cercano al objetivo, pero esperando a que poco a poco me baje el pulso. Empieza a pasarme gente. Era lo esperado así que no me pongo nervioso.

El circuito es feo, no, lo siguiente, por polígonos mal asfaltados, con baches.. Hasta llegar a la recta que va hacia Silla, donde el asfalto mejora. Entonces me pasan Agirretxe, Jubera y Bizkarra, entre otros. No hago amago de seguirles, porque yo voy en mis watios, pero sí que no quiero perderles de vista. Vamos, una carrera con estrategia, watios, pulso, referencias…

Hasta que de repente salimos a la zona de los arrozales y todo se viene abajo. Cada vez estamos menos protegidos y el viento pega con muchísima fuerza, de costado y además racheado. Me doy el primer susto y me desacoplo y me cojo del manillar. Confío en que al meternos en los arrozales el viento pegue de culo y la cosa se arregle. Pero al contrario. Es todo curvas y cambios de dirección, mal asfalta y cada vez más expuesto al viento. Me cuesta controlar la bici hasta agarrándola del manillar. Busco encunetarme pero no hay manera. Me empieza a pasar gente acoplada. A algunos les conozco y sé que no andan más que yo… Pero me pasan y no puedo hacer absolutamente nada. He andado muchísimas veces con aire. En la Llanada estamos acostumbrados a eso, pero nunca me había ocurrido con la rueda de palos ni en carrera… Siento una impotencia tremenda, más, sabiendo que tengo la Hed6 en el maletero del coche a 100 m de boxes. Y que al llegar a boxes me he fijado en que las banderas se movían más que ayer, pero no he tenido la capacidad de reaccionar y cambiar la rueda.

Me dan ganas de abandonar, tirarlo todo y esperar a que alguien venga a buscarme. No he entrenado, cuidado tanto la posición, para ir a 20km/h, desacoplado y sin ser capaz de dar a los pedales con fuerza a pesar de no ir incorporado porque el viento me va a tirar. En uno de los bandazos hasta se me salió el pie del pedal.

Intento mentalizarme para sacar algo positivo y llegar a boxes y por lo menos, marcarme una buena media maratón, que para algo hemos pagado 115€ y hemos hecho 600 km para llegar hasta allí. Así que pienso que al llegar a la carretera general, todo mejorará.
Pero tampoco. Así que paro a mear. Respiro, cojo aire, intento tranquilizarme y echo isotónico al bidón de delante (llevaba más de una hora sin poder ni siquiera echar mano al bidón). Total, por un minuto más, ya me da igual.

En el kilómetro 80, por fin puedo acoplarme, 50 km después. No está mal. Empiezo a pedalear con rabia, para por lo menos disfrutar lo que me queda de bici. Noto que llevo piernas de sobra, pero que sólo he podido hacer 215w. Más leña para la hoguera de la impotencia.

Llego a boxes y veo que hay un huevo de bicis. Por esperado, no deja de ser otro pequeño mazazo, después de haber hecho la mejor natación de mi vida.

Así que salgo a correr, pero estoy demasiado tocado de la cabeza. Sé que ni aun haciendo la mejor Media en un triatlón voy a conseguir remontar apenas, así que por lo menos me fijo en intentar hacer a 4’/km y que esto termine cuanto antes. Me cruzo con Borja, que va muy delante, con Gil y con Bizkarra. Todos corren más que yo y están a distancias inalcanzables, así que al 4’/km, cuidar lo que pueda la técnica y acabar.

Clasificación Final.

Ha sido uno de los días más duros de mi vida en el triatlón. En carrera no suelo fallar. Creo que conozco muy bien mi cuerpo y mis límites. Esto, acompañado de cierto conservadurismo propio de mi personalidad, hace que casi nunca pete y casi siempre todo sale según lo previsto. Esta vez he fallado y mucho, y lo peor es que no ha sido por arriesgar en carrera en plan «voy a jugármela para sacar 240w y a ver si aguanto corriendo». Ha sido por una estúpida decisión de material y por no ser capaz de reaccionar a tiempo. La gente me dice que es mala suerte, pero la suerte se busca y yo me la he jugado innecesariamente.

Una vez pasado esto, toca levantarse e intentar quedarme con lo positivo. Aunque analizaré los datos de la carrera más adelante con más detalle, sé que he nadado muy bien, lo que me da fuerzas para seguir (aunque en las carreras de MD está visto que no sirve de demasiado), que he hecho 215w en 2h45 casi “sin esfuerzo” y que he corrido en 1h24 sin demasiados problemas. Tengo unas ganas locas de volver a entrenar y sacar la mala leche que llevo dentro, pero hay que ceñirse a la planificación y descansar esta semana para que la temporada no se me haga eterna.

Cpto España Media Distancia. Valencia 2012. Previa.

Comienzan las competiciones. Nada menos que mi primer Campeonato de España en “Élite”. Será en Media Distancia. No está mal para empezar.

4 de marzo. Una fecha ridícula, todavía invierno, en la que además de obligarnos a adelantar la preparación de la temporada hasta el límite,  parece que por los pelos se va a poder nadar. Es la última vez que me apunto a un triatlón en la Península en estas fechas, por lo menos empezando a las 8.30 de la mañana. Antes de apuntarme, miré las temperaturas de Valencia en estas fechas. Vi que andaría muy justo, pero no pensé en que a las 7.30 de la mañana, una hora antes de la carrera, cuando se hacen las mediciones, haría tanto frío… Me equivoqué y corremos de churro, pero de los errores se aprende. Sólo espero que no sea el único que aprenda de esto y los que organizan este tipo de eventos, con más de 1000 participantes, pagando más de 100 euros, la mayoría desplazándose desde lejos, coloquen estas pruebas en fechas en las que el riesgo de cancelación sea mucho menor.

Pero bueno, al tema.
Llego bien. En el mejor estado de forma de mi vida, motivado y de momento, relajado. Corro sin jugarme nada. Ni clasificación para otras carreras, ni posibilidades de pódium, ni nada por el estilo. Correré contra mismo, y dependiendo de lo bien o mal que lo haga, al final habrá un puesto u otro en la clasificación. Aún así, correr con gente buena, siempre te hace exprimirte un poco más, y tengo ganas de saber hasta dónde puedo llegar.

Quiero demostrarme que puedo trasladar al mar y aun entorno hostil (cada vez más en la natación de las carreras) mis mejoras en la piscina, que tantos largos en solitario me han costado. Si lo hago bien, llegaré a la T1 “en carrera”. Todavía muy lejos de los gallos, pero cada vez menos y no atrás.

En la bici también tengo esperanzas. El 10% en watios que creo que he mejorado se traduce en unos 5 minutos en 90km suponiendo que no haya modificado mucho mi aerodinámica, que es la misma que la del Challenge. Por lo tanto, creo que este año no debería perder muchos puestos. Mis análisis dicen que 240w es el objetivo. La cabeza me dice que son demasiados, pero lo importante es lo que diga mi cuerpo el domingo (que espero que no ande demasiado lejos de la cabeza).

Y corriendo, pues a intentar remontar, como siempre, aunque en Élite, ya no va ser tan fácil. Corriendo también estoy mejor, pero sé que me voy a exprimir un poco más de lo habitual en la bici y ya veremos cuánto duro.