Triatlón Olímpico Ejea de los Caballeros 2023. 10º.

Casi un año después volvía a Ejea de los Caballeros, donde en 2022 hice una de las mejores carreras de mi vida. Entonces quedé 4º, a 15 segundos del podio. Desde entonces:
– COVID a mediados de junio con el que di por terminada la temporada,
– una operación de hernia inguinal en septiembre cuya recuperación me tuvo un mes fuera del agua y sin tocar la bici y dos meses sin correr.
– muchas vueltas a cómo podía mejorar esos 15 segundos (o más, sobre todo por aerodinámica porque ya veo difícil a estas alturas de la vida meter más vatios, correr más rápido o nadar mejor).  Error gordo: pensar que esa mejora podía darme un podio al año siguiente. 

Llevaba desde diciembre entrenando «bien». De forma consistente, sin hacer tonterías y con mi clásica media de 6-8 horas a la semana.

Hace tiempo que decidí cuales son las prioridades en mi vida y no estoy dispuesto a dedicarle más tiempo a esto, quitándoselo a cosas mucho más importantes.



Con esto, poco a poco, fui llegando a mis tiempos más o menos habituales en los entrenamientos, eso sí, algo por debajo del año pasado.

Natación: 2×500 neopreno a 1’23 en test de trajes

Bici:

FTP: estimado por AI (Trainerroad) de 291w. 
4×9′ a 275w

Aerodinámica: «última» prueba de 20 minutos con un CdA estimado (full aero) de 0.237 para 280w.


Correr:
Unas semanas antes de las carreras, solía hacer series de 1k a3’20/km como test, pero este año no he llegado. Lo más cercano han sido 4x1k a 3’30» 3’rec a las 7 de la mañana pero con mucha recuperación o 4x1km 3’30 1’30rec en la pista de la vía verde al lado de Miñano.

Y con la típica sensación de llevar todo cogido con pinzas (también es cierto que la carrera era un mes antes que en 2022), haciendo demasiadas pruebas aerodinámicas a última hora y los consiguientes cambios en la posición todavía más tarde, mi HED 60 delantera perdida la última semana y previsión de Cierzo muy fuerte, me plantaba en Valtierra para ir a Ejea el sábado.

Las previsiones de viento se iban a cumplir y tras probar un poco la bici en Valtierra el viernes, decidí ir con rueda sin perfil delante. (las tapas no son nunca una duda).

También tenía decidido competir con el mono 226 de Orca. Los múltiples test que hice en su día Test aerodinámico de (monos) me daban entre 4 y 6 vatios de ahorro, que son unos 20 segundos en 40 km. (Acordarse de los 15” del año pasado).
Para ello, antes había probado a nadar con este mono bajo el traje (no es que me gustara demasiado la sensación, pero tampoco notaba que me ralentizara, aunque 20 seg, son 1,3 seg/100 en 1500m… ) . También había probado un Fusion Tempo con estrías en las mangas que no me mejoraba el rendimiento aerodinámico así que lo deseché.
Por otro lado, otra de las novedades eran las perneras aerodinámicas de Rule28. Durante este año he trabajado con Movistar en diferentes pruebas aerodinámicas y he visto el potencial que hay en el tema textil. De todo lo que he visto y lo que mejor podía trasladar al triatlón eran estas perneras, que tampoco eran excesivamente caras, así que me las compré, las probé, medí y decidí llevarlas en carrera, a pesar de que creo que la talla que se especifica en sus tablas me aprieta demasiado el gemelo (cuando en realidad no están pensadas para crear una compresión).

Por último, en algún test de este año con mucho viento, también había visto que el Drone, aunque pega buenos golpes con el viento me mejoraba respecto al Bambino, así que volví a este casco, pero con bien de cinta aislante para asegurar el visor.

Un último vistazo a la dirección del viento y el mapa para confirmar que daba casi completamente de culo en la subida (ligera subida) y de cara en la bajada. Los de la zona sabemos que esa hora es la de máxima intensidad del Cierzo, así que no se esperaban milagros. Tocaba guardar a la ida porque los últimos 5-10 km iban a hacerse muy duros.

Así que si el año pasado la estrategia eran 280/260, estaba vez iba a intentar un 260/260 ya que tenía menos vatios y la vuelta se iba a endurecer.

Sin demasiados nervios previos, y con el agua mucho más fría de lo que me esperaba, hago un breve calentamiento que no me sirve de mucho más que la primera toma de contacto con aguas abiertas de la temporada.

Subimos a boxes para la cámara de llamadas (algún día me tendrán que explicar para qué sirve esto) y vuelta a bajar.

Para variar, no estoy muy hábil en la salida. Sabía de sobra que Juan Mina y David Mendes tenían que ser mis pies. Pero se acumula demasiada gente en esa zona y prefiero salir con más agua limpia por delante.
Se produce una salida nula, en la que por si acaso me quedo parado… y poco más tarde, por fin, suena la bocina al tercer intento del juez y salimos. Aquí empieza el desastre. La boya está a unos 600 m pero se ve perfectamente. Vamos, yo la veo, y me parece que voy recto a por ella, pero la gente que estaba la izquierda empieza a cruzarse, algunos me pasan por encima y se van claramente hacia la segunda boya (o al menos eso me parece a mí). Total, que no han pasado ni un minuto y ya estoy más sólo que la una. En lugar de ir a por el grupo, cabezón de mí, sigo pensando que voy bien (sigo viendo la boya perfectamente) y ahí sigo hasta la boya donde ya nos juntamos. Esa zona está menos resguardada y hay un oleaje bastante serio. Así que intento cambiar la brazada con recobros más amplios. Me parece ver a Sotil, por lo que creo que el desastre no es tanto. Una vez girada la segunda boya, queda el largo de vuelta, con el viento de cara y las olas de frente. Me trago un par de ellas, pero sigo a un ritmo cómodo (demasiado). Intento orientarme. Ahora sí que no veo la salida, no hay un grupo ni hilera si no que está todo el mundo bastante desperdigado, así que intento coger alguno como referencia e ir pasando el tiempo.
Por fin salgo del agua. Sé que no lo he hecho bien. Susana no me dice puesto. Mala señal. Le pregunto y me canta el 24… La misma historia de siempre. Toca remontar, pero ya estoy fuera de carrera. Intento ver el lado positivo de lo que queda. Una hora a full con la cabra, con viento, donde la aerodinámica va a ser más importante todavía y estoy convencido de que he acertado con el material.
Me subo a la bici con salto razonable, pero me cuesta Dios y ayuda meter los pies dentro de las zapatillas. Por fin lo consigo tras perder un par de posiciones. Me tomo la bajada con calma para ir viendo cómo va el viento, ir colocándome en la bici y cuando llegamos abajo empiezo a apretar y a recuperar posiciones. En esta zona la bici es perfectamente manejable, el viento da ligeramente de culo y me concentro en que la cadencia no caiga por debajo de 95, que la potencia no vaya por debajo de 250 y mantener la cabeza abajo. Así van pasando los kilómetros sin demasiadas novedades. Pero estoy remontando bastante poco. Llega el giro y empiezo a contar… P15. Me pongo como objetivo el top10 para mantener la motivación, que falta va a hacer en la vuelta. Llevo 250w de media. Algo menos de lo que esperaba, pero tampoco siento que me haya dejado demasiado. Siempre es más fácil meter vatios con el viento de cara, así que otra vez, y ahora más todavía, cabeza abajo y cadencia.
Sigo adelantando y recupero la posición con JC Tomás, que me había adelantado en la subida.

Al final, consigo un pacing casi perfecto con 252w/157ppm/97rpm  a la ida y 252w/154ppm/96rpm a la vuelta. Eso sí, 40 km/h a la ida y 30 a la vuelta (¡cuesta abajo!)


Como no hay sector de bici sin susto, en la entrada de Ejea me como un badén más alto de lo que me pensaba y se me gira el manillar hasta el punto de que los aerobars se me quedan casi horizontales. Libro la caída por los pelos, y empiezo la subida sin cebarme.



Me bajo de la bici sin problemas, me cuesta un poco ponerme las zapatillas y salgo cuesta abajo. Pero las sensaciones no son ni de lejos las del año pasado. Me pasa Medrano como un cohete e intento mantenerle a tiro, aunque no tiene ninguna pinta de fallar. El Garmin pita y me marca 3.38.. Bueno, el año pasado hice el primer km a 3.25… el viento aquí también pega con ganas y casi me saca del carril bici un par de veces. Intento ver por qué lado pega menos, pero no termino de verlo claro. 3.49 el km2… Joder qué largo se va a hacer esto y qué poco voy a adelantar. Llego al punto de Susana. La veo apuntando tiempos en un papel tan concentrada que ni se entera de que paso hasta que le grito. Me devuelve el grito para decirme que voy 10º. Miro hacia adelante, hacia el puente y no veo a nadie. Mantengo la distancia con Medrano, pero no voy a poder con él aunque el km3 me sale a 3.32 (viento a favor) y consigo encadenar otros 3 kms a 3.38, pero en la última vuelta ya tiro la toalla y levanto ligeramente porque si no, no llego.
Menos mal que no llego al sprint porque la última cuesta la subo prácticamente andando y entro en meta como puedo 10º y con bastante mala sensación.

Esta carrera me ha dejado un regusto raro. Por un lado, había claramente más nivel que el año pasado, yo llegaba peor por lo que optar a estar delante era muy complicado por no decir imposible. Por otro, aparte de la mierda de natación, la bici y la carrera a pie salió lo que más o menos tenía previsto. No tengo mucho más ahora mismo. Y ese es el problema. Con lo que tengo, estoy muy lejos de gente con la que quería estar como Tejería o Sotil, por lo que ni siquiera puedo pelearles el V1 (POR CIERTO 5 V1s entre los 10 primeros). No me siento competitivo. ¿Qué es ser competitivo? Tampoco lo tengo muy claro. Te fijas en unos “rivales”, unos tiempos, y quieres estar ahí. La realidad de cada uno, las carreras, al final ponen a cada uno en su sitio y los 15 segundos en los que me fijaba el año pasado ahora son 5’ a Mina, 4’ a Sotil y 2’30 a Teje. O lo tomas o lo dejas, o intentas mejorar.

Por un lado, la natación… Siempre digo que he dejado de darle vueltas al tema de las aguas abiertas, pero aun así… No puedo explicarme cómo perdí lo que perdí.

En la bici, el pacing creo que fue muy bueno, la aerodinámica está exprimida al máximo de lo que me da, con valores buenos para mi estatura, pero pierdo 2.4 s/km con Tejería y 5 seg/km con Sotil. Eso supone que tengo que hacer 270 watios para igualar el tiempo del primer Aitor y 290 para el del segundo. Por mucho que me apretaran las medias, no tenía esos watios. 

Corriendo, a pesar de todo, me salió un parcial decente, 6º en total y primer v1, a 3.38/km, en la línea de lo que solía hacer en olímpicos sin drafting pre-pandemia. 

O sea, que realmente, quitando la natación, no lo hice mal, pero la cuestión, es que por unas cosas o por otras, no me lo pasé bien. Por el viento, por ver que no iba donde quería, por no ser capaz de terminar remontando corriendo, por lo que sea. Pero después de esta carrera no he tenido ganas de volver a competir.  Y en eso llevo ya más de dos meses. Me he apuntado a un sprint en Rota para empezar nuestras vacaciones en Conil. Me apetece, que creo que es lo más importante. Ya veremos si me lo paso bien o no. 

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