El sábado anterior a la carrera fue un día bastante malo. Si algo quitaría del triatlón, aparte de a los dopados, serían las vísperas de carrera. De verdad que son días en los que me dan ganas de dejarlo todo, en los que te preguntas si realmente merece la pena pasar por eso… No me importa madrugar, pasar frío, mojarme, llegar reventado a casa, si todo esto es por entrenar que es lo que me gusta. Pero pasar un día entero de nervios, en el que no te aguantan ni en tu casa, (hacen como que sí, pero yo estoy convencido de que me mandarían a la mierda con mucho gusto), con mal cuerpo, sudores, etc, no es nada, nada agradable. Y como diría alguno, «y encima, pagando».
Todo esto, cuando llevaba una semana la mar de tranquilo, como ya conté en la Previa. Pero de repente, me desperté el sábado y lo primero que me vino a la cabeza es: «mañana es LA CARRERA«.
Así que me como me levanté antes de lo que quería, vi que me daba tiempo a dar una vueltita en bici antes de ir a la charla técnica, y para las 8:30 ya estaba en la carretera probando todo. Muchos cambios en la configuración de la Blue desde Vitoria que empezaron ya en noviembre. Algunos mayores, otros menores, pero creo que todos han funcionado. Intentaré hacer un resumen un día de estos.
40 minutos con series muy cortas a ritmo de carrera para activar y coger un poco de confianza y a casa. Charla técnica, con la sala de Villasuso a reventar, coger dorsales, ponerle las Laminar Cover a Ibon, unas charlas en la Feria y a casa cansadísimo. Por la tarde, pequeña siesta, peregrinaje por las transiciones, fotos a las Laminar Cover de boxes y a descansar, aunque más tarde de lo que quería.
Aún así, me metí pronto a la cama, pero me costó dormir. Casualidades de la vida, Adrián, que lleva semanas durmiendo de tirón, debió notar la tensión en casa y tuvo que hacerse notar durante la noche. No demasiado gracias a las rápidas intervenciones de Patri, pero cada vez me despertaba con un poco más de sudor hasta que al final, a las 2.30 me tuve que cambiar.
Despertador a las 5, ducha que no estaba en el plan pero me hacía falta, desayuno de competi, preparar los 3 bidones de Energy (dos para la bici y uno para ir bebiendo) y al autobús. Por suerte, nada más llegar al Hotel Boulevard me encuentro con Zubia, Pardal y Pérez del K-0 y con Alberto, de mi equipo. A partir de ahí, mucho mejor.
Llegamos a Landa y como era de esperar, la bici está empapada. Seco bien todo para cambiar la tapita de la válvula de las tapas tras hinchar las ruedas y poner los 3 geles de 226ers en el cuadro con cinta aislante. Liberación de peso en el baño de la caseta de atrás (ventajas de conocerse el terreno) y enseguida me pongo el Helix para intentar calentar. Hace un frío de pelotas, hay niebla y se me están congelando los pies con la humedad de la hierba, así que creo que estaré mejor en el agua.
Tengo buenas sensaciones en el calentamiento, así que tras unos momentos de confusión, me voy saliendo para ir a la cámara de llamadas. Por primera vez en Vitoria, corro en Élite. Estar en el pasillo de «los buenos» impresiona un poquito, pero bueno, estando con Ibon me encuentro algo más cercano a la realidad.
Nos llaman uno a uno (aunque vamos a destiempo). Me da un poquito de pena que no esté Patri para oírlo y ver la salida de este año, pero hemos decidido que ahorrarle a Adrián el madrugón era lo más razonable.
La gente va corriendo por la alfombra para coger sitio. Yo voy al trote, tranquilo, sabiendo que todo el mundo se va a ir a la derecha para ir lo más recto posible a la primera boya y yo me voy a quedar en la izquierda para intentar evitar las algas en lo posible.
La niebla ha levantado ya en esa zona, y se ven las boyas perfectamente. No dudo en ponerme en primera fila, y antes de que nos demos cuenta ya estamos en el agua.
Salgo fuerte, notándome bien, sin que me pasen los de mi zona, aunque los de la derecha van bastante más rápido que yo. Atravieso el bosque de algas por la mitad, pero como esto ya pasó cuando fui con los compañeros del Vibike el año pasado y vi que no pasaba nada, no pierdo la calma y sigo tirando. Este sector no tiene mucha historia. Veo que vamos bastante bien orientados, así que busco unos pies algo exigentes, y me quedo en el sitio, sin perder la concentración, cogiendo bien agua y notándome a gusto. Algo parecido hace uno por atrás, pero que con lo de «coger pies» debe entender «agarrar pies», y me está dando manotazos en los pies tooodo el sector. Un poquito de respeto para la siguiente si me lees, por favor.
A mitad del último largo, me animo, me salgo del rebufo y paso a tirar yo del grupito. Llevamos bastante gente por delante, pero algunos son de IM y yo me he notado rápido. No me pongo en pie hasta tocar tierra con la mano, como siempre.
No noto mareos, así que rapidito para la transición. Hay que coger la bolsa justo en la entrada por lo que echo a la cremallera rápido. Ese pasillo con tanta gente animándome es de lo mejor de esta carrera, aunque no soy capaz de mirar ni de distinguir a nadie.
Cuando llego a las bolsas veo a Alberto Bravo. Bien, Diego, bien! Cojo el casco, me lo voy poniendo mientras corro a la bici, cogerla y hacia arriba. La bici de Ibon ya no está, lo que me genera algunas dudas, pero siempre nada mejor que yo, así que de momento, no hay que pensar más.
Salto bueno y pedales. A intentar coger el ritmo. Lo primero que hago es comprobar que no tengo el dolor de piernas del km1 del año pasado. Bien! Tengo a Bravo delante, creo que soy mejor rodador que él, así que le paso antes de llegar a Marieta. Primer avituallamiento donde tomo el primer gel con agua y empieza el tema serio. Llegan por detrás Castañeda y Oregi, lo que confirma que la natación ha ido bien, pero que tengo que espabilar, y más o menos a la altura de Hermua, llega Borja. Coño, esto no me lo esperaba ya que pensaba que estaba por delante porque este año está nadando mucho mejor que yo. Llega con su pedalada atrancada de siempre y tras unos momentillos de duda parece que se marcha. Las series de las últimas semanas me han dado bastante seguridad y aunque creo que nunca me he visto en un grupo de tanto nivel, creo que es la referencia a seguir y cambio de ritmo. Todos los demás parece que piensan lo mismo y ahí subimos hacia Heredia, muy fuerte.
Antes de llegar a arriba distingo a Ibon por delante. Esto va a ser bonito. No creía que nos fuéramos a juntar los tres en la bici, pero tiene toda la pinta y me hace una ilusión del copón. Borja va mirando bastante hacia atrás así que tras pasar los baches de la bajada y ya enfilados hacia Gebara, paso a encabezar el grupo. Es una de mis rectas favoritas donde depende de cómo pegue el viento se puede hacer muy dura o ir a 55 km/h quedándote sin pedales. En este caso, de momento no hay viento, así que ni una cosa ni otra, y antes de llegar a Gebara me pasa Borja de nuevo y seguidos, los demás. Esto empieza a recordarme mucho a Arenales 2013. Momento de pensar un poco: Llevamos 246 w de media, 254 normalizados, 156 de pulso y bajando. O sea, que voy un poco por encima del objetivo en todo, aunque me noto bien. Marcharse de ese grupo no va a ser posible y los de delante creo que nos tienen que llevar un mundo ya, así que viendo que Bravo y otro chico que va por detrás, van un poco forzados, decido quedarme 5º del grupo tras Borja, Castañeda, Oregi e Ibon.
Abro Paréntesis:
Se ha hablado bastante del drafting en esta carrera. Mi opinión en lo que me toca, es decir, en mi grupo, de los 5 que íbamos desde el principio más Pereira desde algo antes del paso por la presa, y viéndolo desde detrás casi todo el rato, es que hubo un marcaje fuerte pero fuimos legales. Tal vez en algunos momentos, alguno se acercó algo más de la cuenta, pero siempre se veían movimientos hacia el lateral para no tener la ventaja de la estela del siguiente.
Si no he escrito antes la crónica, además de por falta de tiempo, ha sido porque he estado intentando encontrar pruebas gráficas que corroboren lo que digo, para evitar malos entendidos. Iba a poner todas seguidas, pero la crónica queda un poco tostón, así que las he repartido durante el post. He puesto todas las que he encontrado. No falta ninguna. Si alguno tiene más, le agradecería que me las pasara.
Para empezar: lo que dice el reglamento de Competiciones.
En todas las fotos del sector de bici creo que se ven 10 metros y cuando no los hay, hay 1,5m en lateral.
Yo pensaba que yendo tan delante iba a haber más jueces, pero creo que sólo paso la moto de Jon Ander Luengo, según él mismo ha dicho en Facebook, un par de veces. A Jon le tengo, además de por un tío educado, como un juez estricto a la vez que razonable. Si no nos dijo nada, sería porque, al menos él, no vio nada raro.
Para terminar: llevo un casco aero con visor. No oigo absolutamente nada que no sea el ruido de la rueda delantera o el viento. Si viene una moto por detrás, no me entero hasta que no me adelanta.
Cierro Paréntesis.
Me noto a gusto, vamos rápido con los watios por debajo de lo esperado, el pulso ya por debajo de 150 ppm, y muy pero que muy animado. Es mi oportunidad. Como me ocurrió en el Onditz 2012 o en Zumaia 2013, con la situación de carrera soñada, pero esta vez en Media Distancia, mucho más adelante en carrera y en casa.
Castañeda, Oregi y creo que yo bajando hacia Vitoria en la primera vuelta.
Yo (perdón por nombrarme el primero, pero voy ahí y estoy identificando a todos), Sarasola y Bravo bajando hacia Vitoria en la primera vuelta. El último no sé quién es.
Una de las veces que miro para atrás, al paso por la Duna veo que Bravo y creo que Sarasola ya no están. Así que empiezo a sacar la calculadora. Creo que en el grupo sólo Borja es más rápido que yo. Ibon Gabilondo está fuerte corriendo y Oregi está muy fino este año, viene de ganar en Villameca y en Arenales hizo un carrerón.. Pero creo que en casa les puedo ganar corriendo. Los watios ya no importan, sólo hay que mantenerse ahí, pero sí me pueden dar una idea de si vamos despacio o no… No podemos dormirnos. Por detrás viene gente que corre mucho: el propio Bravo, Zubia, Galarreta.
Justo antes de subir a la presa cogemos a Pereira. No le conozco, pero con la planta que tiene, no parece que vaya a correr muy rápido. En la presa me quedo un poco, no quiero forzar demás y creo que tengo margen para recuperarles una vez arriba, aunque al final, me cuesta hacerlo un poco más de tiempo de lo que esperaba, señal de que tampoco es que vayamos despacio ni yo tan pletórico.
Jubera, Castañeda, Oregi, Gabilondo, yo y Pereira en el Club Náutico.
Jubera y Castañeda entre el Club Naútico y Landa.
Entre el Club Naútico y Landa.
Justo antes de llegar a Landa, Ibon grita algo y echa pie a tierra. No me jodas… Por supuesto, no paro, yo no puedo hacer nada, pero me descentro un poco y pierdo contacto con los de delante. Ibon se merece que le salga una buena carrera y me fastidia mucho que no le vaya a salir esta vez tampoco. Además, nos juntamos con los últimos del Ironman que están saliendo de la T1 y se hace un poco de follón. Intento no perder la calma. Si en algún sitio sé hacer series es desde Landa a Marieta, así que toca repetirla.
Me pego al lado izquierdo de la carretera y voy pasando gente, me la juego un poco en la bajada de Marieta y ya me coloco de nuevo en mi sitio. Ahora ya va Oregi delante, con Castañeda detrás, y tercero Borja. Ahí me quedo. En la bajada y cruce de Heredia, otra vez que me quedo un poco y otra vez que hay que apretar. Ooootra serie, a unos 250w, pero sin pasar de ahí. Van tres ya casi seguidas, así que decido cambiar de estrategia: en la bajada de la cuesta del perro, aprovecho para mear, y en cuanto termino, paso a encabezar el grupo. Así hasta Vitoria.
Oregi, Castañeda y Jubera, adelantando a los del ironman en Zurbano
Jubera, Pereira y Gabilondo, adelantando a los del ironman en Zurbano
Pereira y Gabilondo, adelantando a los del ironman en Zurbano
Me veo muy bien, igual que en un entrenamiento normal, entrando a casa por Betoño como tantas otras veces, esquivando los baches que me sé de memoria y saliendo fuerte de las curvas. Me acuerdo de cuando mi madre me decía el sábado que intentar estar en el top-10 era un poco optimista para mí…. Vas a ver cuando me vea llegar :)…
Yo y Jubera entrando en Vitoria.
En la calle Francia empiezo a levantar un poco, me pasa Oregi, entramos en Olaguibel y a descalzarse. Este año no hay tiempo para emocionarse. La carrera a pie va a ser dura. Cruzadito, «tiro» la bici a una voluntaria (lo siento..) y veo a Patri con mis padres saltándose a la torera la planificación de seguimiento de carrera, lo cual me alegra muchísimo.
Cojo la bolsa, me siento en la silla, me cuesta horas sacar las zapatillas, me pongo los calcetines del decathlon de 2€ que tanto me han gustado en las dos últimas semanas, Brooks T7 y a correr. Sólo salgo por delante de Ibon, que ya ha llegado (no sé muy bien cómo!, pero también me alegro mogollón). Enseguida paso a Castañeda y empiezo a seguir a Borja. Este año anda muchísimo más que yo corriendo, pero de momento parece que no me saca demasiado y, de nuevo, tener una referencia me puede venir bien.
Empiezo a ver a los voluntarios de todos los años, colocados en las mismas esquinas, animándome. Hoy tiene que ser el día!!! Pasamos por la Florida, poquito ambiente (las 11 en Vitoria un domingo, es lo que hay), pero ahí están mis suegros!, Nai,…Todo va bien hasta que de repente en el kilómetro 4, se me empieza a cargar el gemelo. La misma molestia que me ha amargado el invierno, que volvió a aparecer el martes en Castro tras el último entrenamiento fuerte a pie y por la que me he estado las 24 horas de cada día de esta semana con las medias de compresión puesta. Se me cae el mundo encima. No me lo puedo creer… Otra vez… Borja, se me empieza a marchar, Ibon está cada vez más cerca, ya le oigo detrás de mí. En el Prado oigo pisadas típicas de tío que está haciendo series, me aparto y me pasa Oscar Vicente como un tiro. No sabía que era él cuando le habíamos pasado en bici. A la salida del Prado ya nos cruzamos con Bravo y Galarreta. Bueno, he hecho lo que podido, he arriesgado, he estado en carrera y lo he tenido ahí hasta que he aguantado. En las universidades vuelvo a ver a mi padre, a mi madre y a Patri con Adrián en los brazos para que le vea. Mi padre está unos metros por delante. Le digo que me duele el gemelo y que no voy a poder.
Pero llego a la altura de Patri, que sigue con Adrián en brazos y me grita «AUPA AITATXO!!». Entonces la cabeza me da la vuelta, como no hizo en el ironman el año pasado, y me digo que hay que seguir como sea, hasta que el dolor sea insoportable, porque de momento estoy corriendo y lo estoy aguantando. Me concentro en bracear bien, en no pisar raro ni hacer gestos extraños y que la técnica sea lo más eficiente posible para que nada en mi cuerpo tengo que sufrir más de la cuenta. Y de repente, todo cambia. Me estoy acercando a Borja y a Ibon ya no le oigo. En el avituallamiento del km 8, Borja se para, le digo que hay que seguir hasta el final y sigo a lo mío.
Paso por la Virgen Blanca y la Plaza de España bien. Lo estoy llevando mejor de lo que esperaba y en general voy todos los kilómetros a 3:55/km, más o menos.
La calculadora sigue funcionando: A los de detrás les llevo una vuelta al Prado, que son más o menos 3 minutos, quedan 10 km… Son unos 15 segundos el kilómetro. Si no me han cogido ya, o fallo o no me pillan. A estas alturas, Victor ya me ha dicho que voy 6º, tras adelantar a Victor Manuel González al empezar la segunda vuelta.
Supongo que Ruvireta, Aimar y Estrangeiro están muy por delante porque ni les he visto, después Oregi y Vicente, y luego ya voy yo. Te cagas :). Veo a Mikel de la Presa en el Prado con cara de susto al verme (yo tampoco me lo creo Txantrán!!) y me dice que el 4º está a dos minutos… Bueno, tampoco nos pasemos. El gemelo me está torturando y bastante tengo con mantener. El objetivo es intentar mantener el ritmo por si alguien más falla.
No he hecho 21 km en toda la temporada, pero se me pasan rápido. En la segunda vuelta voy adelantando a mucha gente conocida que está en su primera vuelta. Para todos hay una palabrilla de ánimo que siempre es devuelta. Gracias chavales!!
Los últimos kilómetros se me hacen un poco más duros, tengo hasta la cara agarrotada, pero sé que ya lo tengo e intento disfrutar lo que puedo de los últimos metros. Esto puede que nunca vuelva a repetirse. En el último kilómetro me acuerdo del abuelo cuando paso por la plaza de los Fueros, donde estuvo animándome en el Mundial de 2012, primer amago de llorera. Entro en la Virgen Blanca. Ahora sí que ya miro a la gente que me anima, sonrisas para todos, busco a Patri y en el último momento la veo antes de entrar.
Me paro (no sin mirar de reojillo hacia atrás por si acaso), y le doy el abrazo que no le di en Calella, pero mi suegra me dice que siga! (coño, qué competitiva!!), y vuelvo a levantar los brazos. Un grito de rabia que llevaba mucho tiempo dentro de mí, y ahora sí, la llorera que creo que ya casi todo el mundo ha visto por Twitter, Facebook, han retransmitido en directo por Radio Vitoria, etc.
Es difícil estar más feliz. Por fin me ha salido la carrera que creía que tenía en las piernas, en el momento y en el lugar que más ilusión me hacía, delante de mi familia y que para nada esperaba cuando me apunté a esta carrera.
Muchas gracias a todos (…si alguien ha sido capaz de llegar hasta esta última línea): a todos los miembros de la organización, encabezados por Iñigo y Gorka, a toda la tropa de voluntarios sin los que esta increíble carrera no sería posible, a todos los que tuvisteis unas palabras o aplausos para mí, y sobre todo a los que siempre habéis estado ahí. Intentaremos mejorarlo 😉