El día de la carrera fue el primero en meses que no me dolía nada al levantarme. ¡¡Qué sensación!! Desayunamos lo de siempre, recogemos a Fuente y aparecemos en Zarautz, más o menos sobre el horario previsto. Enseguida nos pusimos a hacer todas las cosas que teníamos pendientes: montar las laminar cover de Fuente, ajustar las mías, recoger dorsales y “almorzar”. No mucho, porque ya habíamos desayunado bien a las 9.
Pasamos el control de material y preparo las cosas con la nueva estrategia de alimentación para esta carrera. Por primera vez, voy a intentar hacer un B, o doble olímpico o lo que sea esto, sin comer barritas ni nada sólido. Ahora está de moda diluir un montón de geles en agua, pero aparte de que no lo he probado, no termina de convencerme la idea. En las semanas previas, he hecho tiradas de más de 3 horas sin sólido, sólo con bidones de Energy Drink de 226ers, y no me ha hecho falta más. La duda es qué va a pasar si antes tengo casi una hora de natación, y luego me queda casi una hora y media de carrera a pie. Pero corro mucho mejor con el estómago «vacío», y además tiraré de geles. Así que preparo 3 bidones de Energy: uno para el rato que tenemos hasta que se dé la salida, que entre que cogemos el autobús, vamos a Getaria y esperamos, van a ser casi dos horas, otro estándar para el manillar y otro para el bidón aero. Además, 4 geles para la bici (dos con cafeína y dos normales), dejo otros dos para correr y otro de cafeína antes de la salida, (que al final se me olvidó).
Una vez en el autobús, ir en compañía hace que todo sea mucho más sencillo y vamos bastante relajados. El tiempo de espera en Getaria también se pasa rápido, pero cuando falta media hora, decido que ya vale de charleta, y al agua a colocarme bien el Sailfish de Ibon.
El agua está bastante más fría que el pantano, pero soportable. Me encuentro a gusto en el agua, y decido salir enseguida para coger buen sitio en la salida.
Me coloco en primera fila, pero me van metiendo el codito poco a poco, y sumado a que tampoco me veo como para salir entre los primeros, me dejo quitar el sitio sin montar pollos.
La primera boya está bastante abierta, así que me coloco en el lado izquierdo, para tener margen de maniobra y controlar mejor su situación. Se da la salida con una cuenta atrás que no se coordina con el bocinazo de Ainhoa Murua, y para variar me quedo atrás.
Pero bueno, aquí hay tiempo de sobra. Acabo saliéndome del todo hacia la izquierda pero veo que sigo bastante recto hacia la boya, así que a lo mío. Una vez pasada esta boya, decido cruzarme hacia el otro lado, para evitar hacer metros de más, pero sin perder de vista las boyas. Lo consigo sin chocarme con nadie, y veo que estoy remontando puestos. Me encuentro muy cómodo y me centro en empujar y alargar atrás. Entonces veo unos piragüistas que están mandando a la gente a la izquierda. No lo entiendo. Estamos muy lejos de las boyas y vamos bien enfilados hacia la siguiente.. Cuando de repente mi mano derecha pega con una roca…Bien, Diego, Bien. Ale, todos a la izquierda. Una vez llegados a las boyas del final, sí que está claro que el camino más corto es el del cateto, así que a nadar recto e intentar coger olas.. No lo consigo del todo, pero sí que avanzo. Lo que se convierte en una odisea es intentar ponerse de pie.. La arena está irregular y no hay manera de avanzar. Todos alrededor están de pie, pero andando. Es imposible correr. Así que intento coger las olas rotas para avanzar lo que se pueda, aunque sea culebreando.
Por fin, me pongo de pie y corro, rápido, por la arena. Oigo gritos de ánimo, distingo a Miguel y sigo para arriba, aunque patinándome en la cuesta, sin llegar a caerme. Me pongo el casco y fuera. Entonces oigo a iñigo, que creo que no ha dicho nada antes para no ponerme nervioso. Pero veo que me he dejado el dorsal en el manillar. En lugar de volver atrás intento ponérmelo con una mano, pero me lo pongo al revés. Oigo a una juez decirme que lo ponga bien… Ale, pues bien. A darle la vuelta.
Oigo por megafonía que llegan Agirretxe y Bizkarra, así que parece que he nadado bien.
Salto de la rana ridículo, en el que con esto de que llevo el sillín adelantado me caigo fuera y casi me siento en la rueda trasera. Al segundo intento, lo consigo.
Enseguida me acoplo, vuelvo a oir a Iñigo, y comienza Meagas. Como siempre, llevo el pulso alto, pero subiendo no me va a bajar, así que me olvido de él por un rato e intento subir a un ritmo cómodo en el que empiece a recuperar el ritmo de respiración. Empiezan a pasarme los “malos nadadores”… Agirretxe, Bizkarra (que iba a reservar hasta Aia), Fernando Gómez, Etxeandia, Otaegi.. y otros más que no conozco, pero bueno, no hay que ponerse nervioso. No son de mi guerra.. y esto es muy largo.
En la bajada adelanto a alguno (impresionante) y llega Etor. Pienso que si le cogí subiendo en Hondarribi, puedo tener nivel en bici para aguantar aquí, pero enseguida veo que no. Al llegar a Zumaia veo a Ekimov parado y me pide una cámara. Me entran dudas,.. puedo? No puedo? Paro, le digo que me van a echar si me ven, y tras unos momentos de duda, en los que he echado la mano atrás, al final ve una moto acercándose y decidimos dejarlo tal como está… Cuando arranco me pasa un GRUPO de unos 10… Sé que viene la moto por detrás, así que intento volver a adelantarles. Pero en cuanto lo hago, (con un calentón considerable) me vuelven a pasar… Durante la maniobra, llega la moto, que no era de juez si no de Jesús Cantero. Que nos dice que estamos al límite… Al límite? Vaya eufemismo!! Esto es un pelotón.
Decido levantar el pie y dejar que se vayan. Buena decisión, porque justo al llegar a Getaria sí que llegó la moto de Berasa y empezó a repartir tarjetas. Peero, cuál fue mi sorpresa cuando al llegar arriba de Meagas, no había nadie en el penalti box…
Durante este último rato me he dedicado a ir mirando un poco cómo iban los watios (250) y el pulso… todo alto. Y aún así, llevo perdiendo en este sector muchas más posiciones de las que gano. En fin, hay que ceñirse al plan. También me doy cuenta de que apenas estoy bebiendo, así que primer gel y a empezar a beber con más continuidad.
Después de la segunda vuelta, el grupo delantero se ha deshecho algo, y ahora es algo más fácil circular. Se repite todo el rato el mismo patrón. Con la carretera para arriba me pasan, y cuesta abajo y en el llaneo de la costa, donde pega bastante aire de costado, es decir, donde importa la aerodinámica, paso yo con relativa facilidad. Esto me permite darme el gustazo de ir desde Getaria a la curva de Zarautz, y hacer toda la recta de Zarautz, yo solito, sin nadie delante fastidiando.
Tremendo. Oigo mi nombre varias veces, pero hay tanta gente y voy tan rápido que es imposible distinguir ni ver nada.
Bueno, Orio. Otra vez para arriba, así que ya sé lo que toca. A perder puestos, pero ya llevamos 60 km, sólo quedan 20 y a correr.
Desde que cojo el desvío de Aia, quito el plato (demasiado pronto) para ir soltando. Y empieza el muro. Al principio, no me parece tanto, pero veo que la gente empieza a zigzaguera. Pongo el 27 rápido para evitar problemas con el cambio, y enseguida me tengo que poner de pie. La pendiente no parece tanto, pero voy parado… El dichoso cemento está bastante mal. Creo que zigzagueo menos que otros años, pero tampoco es que avance demasiado, pero bueno, como todo el mundo va igual, pues nada, aguantar, y esperar los otros tres.
En la bajada, pierdo bastante, pero tampoco me vuelvo loco. Subo otra vez Orio, ya bastante tocadillo, y termino de beber lo que me queda para coger fuerzas para la carrera a pie.
Bajada rapidísima, y a la T2. Sin prisa, poniéndome bien los calcetines, y fuera.
Me noto bien de piernas, así que ha llegado mi momento. El GPS no coge los satélites, pero sé que voy bastante por debajo de 4. De todas, formas me meo y yo así no sé correr. Así que primero, lo primero. Cuando arranco, me pasa Miguel Ángel Valverde, que sé que corre más que yo, pero puede ser una buena referencia, por lo menos mientras aguante. Sorprendentemente, baja algo el ritmo y me emparejo con él. Ha tenido algún problema con las tarjetas y los penalti box y creo que se ha despistado. Así que sigo a mi ritmo. En la segunda vuelta empieza a molestarme la espalda.. Era de esperar. Queda rezar porque no vaya a más y pueda terminar dignamente. También se me carga bastante el glúteo pero esto también es soportable. El segundo paso por el golf se hace muy duro. El tramo de la arena empieza a recordarme a Arenales, pero estoy remontando y eso hace que todo parezca menos. Al terminar la segunda vuelta y pasar de nuevo por el centro del pueblo cambio el ritmo espoleado por la gente. Es increíble. No lo recordaba así.. tal vez porque este año voy mucho más delante, pero la gente anima mucho más, se me pone la carne de gallina y me emociono bastante. Además ya sé donde está situada la gente (Patri, Iñigo, Iván, los de Tolosa, los del 42195)… y hace que todo pase mucho más rápido.
Última vuelta. Ya está hecho. Empiezo a mirar las pulseritas de la gente que llevo delante.. Muchos están en mi vuelta, cada vez menos, pero sigo recortando. Una vez que llego al paseo, ya toca disfrutar. Vuelvo a cambiar el ritmo, pero tengo fuerzas para ir saludando a toda la gente que me ha animado en las anteriores vueltas pero no les he hecho mucho caso..
Enfilo la recta, y por primera vez miro el reloj de la plaza. 4h35’… Toma!!!!